Parece ser que el cómic ha logrado ser considerado como una
de las bellas artes. A las seis artes mayores clásicas (pintura, escultura,
arquitectura, teatro-literatura, música y danza) se añadieron un séptimo arte:
el cine y uno octavo: la fotografía. El noveno lugar, pues, le ha correspondido
al cómic -pese a ser su aparición anterior en el tiempo a la fotografía y al
cine. Y hay un debate ya un poco espurio acerca de si hay un décimo arte que
para unos serían los videojuegos, para otros la publicidad, la cocina o hasta
la vida cotidiana.
Más interesante parece otro asunto, el de la relación que
hay entre el cómic y otras artes como el cine, la literatura, la pintura, la
fotografía... y el de la interacción entre estas manifestaciones artísticas.
Es un tema amplio y complejo. A mí me parece que el cómic
comparte más con la literatura y con la fotografía que con el cine, sin que eso
signifique que entiendo las historietas como si fuesen fotonovelas. El cine
requiere un espectador atento, inmovilizado en su butaca y que deja que
transcurra la película a la velocidad establecida por el aparato proyector,
aunque pueda en un momento dado parar la imagen o dar saltos atrás y adelante.
El ritmo de la lectura de un libro de cómic, en cambio, queda en manos
absolutamente del lector. El movimiento de las imágenes del libro lo marca
estrictamente la retina del que lo lee. Hay menos o nula dependencia tecnológica
para acceder a una historieta que para ver una película, etc.
Está, por otra parte, la cuestión de la tipología de las
artes y el lugar de los cómics en esa tipología. Nietzsche estableció una
clasificación entre artes apolíneas y artes dionisíacas. Al primer grupo
corresponden las artes figurativas, espaciales: arquitectura, pintura y
escultura. En el segundo se encuentran las artes vinculadas al tiempo, el
sonido y la palabra: teatro y poesía, danza, música. Aparte del criterio del
espacio y el tiempo, hay otras características propias de las artes apolíneas,
por un lado, y las artes dionisíacas, por el otro lado. Sería prolijo
enumerarlas y comentarlas aquí.
Y son todas esas características las que me llevan a
considerar el cómic más cercano a Dioniso que a Apolo.
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