Conocí las historietas de Frank Miller en 2006 a raíz de la
película Sin City. Dicha pelìcula, genial en su concepción y
planteamiento escénico, a caballo entre los personajes ilustrados y los reales
(el plantel de actores "retocados" o tratados como a lápiz es
impresionante), mostraba la violencia caricaturesca y canalla habituales en el
cine de Robert Rodríguez y Quentin Tarantino, codirectores del filme. Pero a la
vez se presentía en él un universo latente un tanto postapocalíptico y
postcatólico, más allá o más acá, según se mire, de la recreación que Frank
Miller, también codirector del film, efectúa en él de los dibujos e historias
de la serie negra.
Personajes de alma oscura y corazón sediento; narrativa
precisa, escueta y ajustada donde la palabra y la imagen van en paralelo;
historias desgarradas acordes con la técnica expresionista empleada; ironía
política camuflada entre las ruinas de un mundo devastado como en las
pesadillas... son algunas de las características que se aprecian en Sin
City, de Fank Miller.
Para amantes del Hard-Boiled.
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