Salud y tebeos

Salud y tebeos
Mantened los ojos bien abiertos.
(Winsor McCay)

lunes, 9 de enero de 2023

Elogio de los diagramas (Panchaud y Vila)

Acierta de nuevo Álvaro Pons cuando llama la atención sobre La couleur des choses, un tebeo de Martin Panchaud publicado en 2020 en alemán (Die Farbe der Dinge) y en 2022 en francés, pues se trata de una obra extraordinaria. 


La excelencia de este cómic es como mínimo triple. En su aspecto formal, sorprende tanto el "juego de los botones" ideado por el autor como su dominio en el uso de los diagramas. En cuanto a su contenido, el lector se encuentra inmerso en una historia trepidante y cargada de sorpresas (qué decir del papel desempeñado por B12, por ejemplo, y del modo en que se inserta este papel en la historia). Finalmente, la trabazón que establece Panchaud entre forma y contenido, entre los botones ―los personajes, en realidad―, los diagramas y el relato es una prueba del arte de este realizador. 


Muy distinta factura es la llevada a cabo por Miguel Vila en Dulce de leche (2021, 2022). La audacia formal es aquí de otra índole, más variada en cierto modo, aunque los diagramas también desempeñan un papel, acaso menor, en la historia. Dulce de leche es más descriptivo que La couleur des choses, donde predomina más la acción. De igual modo, el discurso de ambos tebeos difiere tanto como lo escatológico de lo meramente ficcional (siendo, como son, dos historias ancladas en lo real). Toca más la madre, por así decir, de cada uno de los lectores la historieta de Vila que la de Panchaud. 

Con todo, ambos cómics me han sugerido elogiar los diagramas y resaltar la importancia del aspecto gráfico, visual, del noveno arte; una importancia que descuella especialmente cuando dicho aspecto se encuentra integrado hábilmente en el transcurso de una narración o de una exposición discursiva. 


martes, 3 de enero de 2023

El asunto Medea (2)


Medea a la deriva (2021) es una meditación proyectiva de Fermín Solís realizada en lenguaje gráfico. A diferencia de la Medea que veíamos en la entrada anterior, una vasta historieta compuesta por dos autoras (Nancy Peña y Blandine Le Callet), con multitud de personajes y escenarios y que abarca la existencia entera del personaje, ahora se nos presenta el trabajo de un autor completo, Fermín Solís ―bien conocido sobre todo por su Buñuel en el laberinto de las tortugas―, que escoge en el marco de la representación un solo personaje, la propia Medea, y sus monólogos y orgullosas diatribas contra los dioses y contra el mundo en un escenario constante, mínimo pero en movimiento. Son desde luego dos tebeos de muy diferente factura, el de Blandine-Le Callet y el de Solís, pero ambos se inscriben en "el asunto Medea". El primero, el de las autoras francesas, introduce desde cero al lector en la historia de la protagonista y su desarrollo, mientras que el segundo, el de Solís, presupone tal vez un conocimiento previo por parte del lector de las vicisitudes de personaje, aunque no estoy muy seguro de que dicho conocimiento sea imprescindible para disfrutar la historieta. Sin embargo, los dos cómics coinciden de un modo que, en mi opinión, no es ya que se complementen, sino que incluso reflejan en última instancia un punto de vista similar. 


Un punto de vista que, frente al terrible lugar que ocupa el horrísono personaje de Medea en el imaginario colectivo (seguramente instaurado por sujetos varones, más que por mujeres), sugiere que quizás la pasión desmedida se encuentra en la fuente de los actos de la protagonista pero, sobre todo, nos muestra que la permanencia del mito obedece a motivos más de índole fantasmática que puramente histórica.