La representación figurativa mediante animales antropomorfos
(o mediante humanos zoomorfos) es una constante a la hora de caracterizar
personajes ficticios en nuestra cultura. Tales personajes podían ser deidades
en la antigua religión de los egipcios, p. e., donde algunos animales eran
divinizados o algunos dioses animalizados. Pero en la tradición cultural de
occidente es más habitual representar no dioses sino tipos humanos, demasiado
humanos, caracterizados como animales o viceversa, es decir, una representación
de animales con rasgos humanos. Este recurso estilístico puede obedecer a una
intención moralizadora, como lo es en el caso de las fábulas clásicas (Esopo,
La Fontaine, Iriarte, Samaniego). Aunque no siempre es necesario que sea así;
no siempre ha de haber moraleja cuando hay animales por medio.
En la historia del tebeo abundan las historietas y tiras
cómicas protagonizadas por este tipo de personajes.
Los animales representados y que actúan en el universo del
cómic -y no solo en el de Disney- son de lo más variado. Es notable, sin
embargo, el número de gatos ilustres que pueblan ese universo, desde sus
comienzos.
Quizás el primero de todos fuera Krazy Kat (1913), de
George Herriman (1880-1944).
Luego le seguirían -y sin ánimo de ser exhaustivo-:
El gato Félix (1923), de Otto Mesmer (1892-1983).
El gato Fritz (1965), de Robert Crumb, (n. 1943).
Garfield (1978), de Jim Davies (n. 1945).
Aunque no es exactamente un gato, otro felino que destaca en
el ámbito estadounidense es el tigre de peluche Hobbes, compañero de
Calvin (1985), de Bill Watterson
(n. 1958).
Del lado de acá, en el cómic francobelga encontramos:
El gato (1983), de Philippe Geluck (n. 1954).
El gato del rabino (2003), de Joann Sfar (n. 1971).
El felino Blacksad (2000), de Juan Díaz Canales (n.
1972) y Juanjo Guarnido (n. 1967).
Por otra parte, como donde hay gatos puede haber ratones,
además del ratón Ignacio de Herriman, otros ratones ilustres del mundo de la
historieta son:
El ratón
Quimby (1990), de Chris Ware (n. 1967).
Mickey
Mouse...
... y
Maus.
Todo esto sin entrar en el mundo de los cartoons o dibujos
animados, en cuyo caso la lista sería inagotable.