Página de Raíces de Ginseng |
Como Pascal, Craig Thompson se encuentra en el laberinto de dos infinitos: el del cielo y el del suelo. Son dos infinitos que remiten a la infancia del dibujante (Raíces de Ginseng) y a sus padres (Blankets).
Pero, a diferencia del francés, Thompson no parece caer en la trampa de la apuesta. Se conforma con la inmanencia existencial de su propia vida y la de sus seres queridos.
No obstante, sus tres grandes novelas gráficas (las dos citadas más Habibi) rezuman la infinitud que apunta a la trascendencia.
(Sorprenden, por cierto, tanto la calidad del dibujo como el abigarramiento gráfico ―visual y textual― de Raíces de Ginseng, expresión este último de una especie de horror vacui o miedo al vacío.
Sorprenden, sobre todo, si se ponen en relación con la enfermedad en las manos de Thompson y si se piensa, por otra parte, en los vínculos que haya entre el vacío y la infinitud.)