Salud y tebeos

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(Winsor McCay)
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viernes, 13 de junio de 2014

Come Prima

Una nueva novela gráfica que llama la atención en lo que llevamos de año es Come Prima, de Alfred (pseudónimo de Lionel Papagalli, n. 1976).


Puede que el repertorio de historias contables sea eso, un repertorio contable por ser finito. Al menos en el ámbito de la novela familiar, entre el libro del Génesis y las peripecias de Orestes, Edipo, Medea y demás hay un legado de historias de familia disponibles para ser actualizadas con mejor o peor fortuna.

Y es el arte particular de un autor el que acaso singulariza de nuevo una vieja historia, reinventándola para el espectador o lector y reafirmando con ello a la vez su categoría de ser una historia inmortal. Orson Welles lo sabía.

Come Prima revive una de esas historias de familia. Pero el mayor logro de Alfred, el autor de esta novela gráfica, estriba en mi opinión en el plano formal. A través de una sucesión de atractivas viñetas, este artista construye una road movie (un road comic, mejor) cuyo desenlace, aunque conocido y sabido, se dilata a favor del puro goce estético del lector (fruidor).

El escenario al que apela Come Prima es esa Italia destilada mediante el cine y la canción popular que pervive en el imaginario común. De hecho, Come Prima (Como antes) es el título de una conocida canción italiana de finales de los años cincuenta, que es cuando se desarrollan los hechos de la novela. Es una Italia ideal, un constructo incrustado en nuestra imaginación. Pero es que es en eso en lo que consiste el arte, en crear artificios que inspiran. Y en jugar con ellos.

La insistencia en el valor singular de cada viñeta se complementa en Come Prima con un predominio de transiciones entre ellas un tanto "a la japonesa", es decir, el tipo de transiciones que son habituales en el manga. Para un lector acostumbrado al tebeo occidental, este hecho puede ser motivo de crítica, pues se puede acusar en el grafismo y la composición de la novela un cierto estatismo en detrimento del dinamismo peculiar de las tradicionales historietas europeas y sobre todo americanas.

No obstante, en la aldea global están desapareciendo a pasos agigantados las peculiaridades regionales. Así, por ejemplo, en Francia -el país de Alfred- podemos encontrar hoy en día un tipo de cómic, de bande dessinée, denominado precisamente la nouvelle manga.


Y esto, más que una hibridación, es un desarrollo insospechado en la historia del noveno arte que le aporta vitalidad y riqueza.

Así parece haberlo entendido el jurado que ha concedido a Come Prima el Premio a la Mejor Obra (Fauve D'or) en el Festival de Angoulême de 2014. Un festival que es al mundo del cómic lo que es el festival de Cannes al mundo del cine.