Salud y tebeos

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Mantened los ojos bien abiertos.
(Winsor McCay)

domingo, 9 de enero de 2022

Manuel, cuarenta años después


Releer ahora Manuel, de rodrigo (Rodrigo Muñoz Ballester), gracias a la nueva edición llevada a cabo por Cielo Eléctrico, es como revivir un estado (un momento, más bien) que tuvo lugar hace nada menos que unos cuarenta años o así. Se dio por llamar a ese momento, ya institucionalizado, “la movida madrileña”, pero a mí me parece que en ejemplos como el de Rodrigo y su Manuel, el rótulo se queda corto o no da la medida de lo que fue todo aquello. Quizás el asunto estriba en no ponerle nombre a lo que fluye. O en no prolongar un relato manido. 


Esta viñeta sacada del tebeo Manuel aparece al principio, a manera de epígrafe previo a la Introducción, en la edición de 2011 de El discurso del cómic, de Luis Gasca y Román Gubern. Es una imagen suficientemente significativa, no solamente por su riqueza icónica, sino por el discurso que sugiere y en el cual se inserta. Supongo que Gasca y Gubern lo entendieron así. 

De la misma época que Manuel es Anarcoma, de Nazario, pero esta es otra historia, por más que ambas obras ―la de Nazario y la de Rodrigo― figuren juntamente en variados catálogos, repertorios y antologías. Ambos títulos, a fin de cuentas, remiten al imaginario de colectivos comunes, si bien en uno y otro caso el tormento y el éxtasis se viven de manera distinta... o acaso se trata de dos versiones de la misma pasión. 



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