Salud y tebeos

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(Winsor McCay)
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miércoles, 3 de julio de 2013

La novela gráfica. Panorama

Con el título Panorama y el subtítulo La novela gráfica española hoy se publicó hace un par de meses este libro:


Se trata, como se indica en la contraportada, de "El panorama de la novela gráfica en España a través de treinta de los mejores autores de cómic del momento". Es decir, estamos ante un libro colectivo. Una recopilación de treinta historietas cortas de otros tantos autores, totalmente consagrados unos, prácticamente desconocidos otros, y hasta algún novel.

Como en toda muestra de este tipo, hay variedad suficiente en este libro para hacerse una idea de por dónde van los tiros en esto del cómic en nuestro país. A unos les gustarán más unas historietas que otras. Se podrá cuestionar tal vez la validez de algunas de las propuestas. Pero en todo caso, el resultado es satisfactorio en la medida en que da cuenta de su propósito y objetivo.

04.07.2013

Acerca de qué pueda ser la (o una) novela gráfica.


Panorama se presenta como una recopilación de pequeñas muestras de novela gráfica.

El volumen trae un interesante prólogo de Santiago García titulado "La lengua materna" que es esclarecedor. La novela gráfica, nos dice al fin, no es un género, ni un formato, ni un estilo, ni una moda.

Recurriendo un tanto a la definición ostensiva, el prologuista de Panorama apunta que la novela gráfica es lo que el lector tiene ante sus ojos al leer esta recopilación.

Y a modo de ostensión, he aquí una página de Miguel Gallardo de su historia "Navidad en casa", incluida en el panorama:


Pero lo fundamental, concluye García, lo que comparten todos los historietistas de Panorama, es su lengua materna. Una lengua que no es otra que la de los tebeos de la infancia.


Así termina Santiago García su prólogo:

Alguien pensará y con razón, que si la novela gráfica no es nada de esto, ¿qué es entonces? Para conocer la respuesta solo tiene que pasar la página y adentrarse con un puñado de historias personales contadas por un puñado de autores que utilizan para expresarse su 'lengua materna', la del cómic.



06.07.2013

Desde la perspectiva de hoy, mañana ya se verá, la expresión novela gráfica puede acabar siendo en la historia del cómic  algo así como la expresión nouvelle vague en la historia del cine. Sólo que, mientras la segunda es tan nacional como las baguettes, la primera es de la aldea global. El cómic y el cine siguen cada uno su historia.


Tanto novela gráfica como nouvelle vague son rótulos o etiquetas, una especie de marcas. No están vacías, pero tampoco se pueden definir intensionalmente. El recurso para hablar de ellas es la denotación, la definición ostensiva: señalar objetos que lucen a manera de esto es novela gráfica o esto es nouvelle vague.

Se suelen buscar parámetros generacionales, recursos estilísticos, temáticas, cualquier elemento común que sirva para identificar primero y caracterizar después el significado de "novela gráfica" y de "nouvelle vague". O, desde posiciones no extensionales, se intenta aprehender o capturar la esencia o al menos la connotación de cada una de esas expresiones.

Sin embargo, al final, lo que queda es un aire de familia compartido por un puñado de historietistas o de directores de cine.


Otro aspecto que tienen en común la novela gráfica y la nouvelle vague es que en ambos casos sus realizadores se criaron leyendo tebeos y viendo películas. Mamaron tanto cine y tanto cómic, que los tienen inoculados hasta en las retinas y en la sangre.


Lo único que queda claro, al final, es el aire de familia.

06.07.2013

Sin embargo, ni todo lo que se realiza en el medio tebeístico es novela gráfica ni la susodicha "marca" es del agrado de todos los implicados en el mundo de las historietas:

..cuando oye las palabras "novela gráfica" amartilla su pistola...


..cuando oye las palabras "novela gráfica" amartilla su pistola

Este hilo se inició por casualidad a raíz de la publicación de Nuevas Hazañas Bélicas. En el acto de presentación de esta nueva serie, el director de la editorial que la publica y el guionista de la misma se despacharon a gusto al respecto:

Navarro y Migoya coincidieron en reivindicar los viejos tebeos [se refiere a Hazañas Bélicas] y a su autor, Boixcar, "vilipendiado y tenido injustamente por menor", y en denostar el "papanatismo" y "desvarío" de la novela gráfica y su "elitismo cultural", que jugzaron como la decadencia del cómic. El editor incluso dijo que cuando oye las palabras "novela gráfica" amartilla su pistola, ...

07.07.2013

El caso es que Panorama se acoge al rótulo "novela gráfica" y lo promociona. De paso, nos ofrece una muestra variada de historietas en la que sí es evidente la condición de "novelistas gráficos" de muchos de los escritores y dibujantes del libro.

Así, las historias de Antonio Altarriba y Kim, Rayco Pulido, Alfonso Zapico y Santiago Valenzuela, entre otros, conectan directamente con sendas novelas gráficas precedentes de los mismos autores. En el caso de Altarriba y Kim, su historia es además autometarreferencial, en total sintonía con los aires o las ondas de la novela gráfica y con esa ilustración post o no  que usa libros, títulos, canciones, eslóganes y letras e imágenes en general como materia narrativa.

Las respectivas historias de Paco Roca y de Max habían sido publicadas previamente.

Otros autores, como Fermín Solís, Micharmut, Pedro Alcázar, parece que aprovechan la ocasión para retomar sus historias.

Otros, a su vez, contribuyen con una historieta genuina, como Juan Berrio. O incluso la escriben ad hoc, como Juanjo Sáez.

Entre unos y otros, entre los treinta que son y están, más el Prólogo, Panorama nos da una visión de lo que se cuece bajo la expresión 'novela gráfica' en nuestro país, según la editorial que lo publica. El libro se cierra con una propina, un apéndice en color sepia titulado "Cómics del siglo XXI", un repertorio o compilación de reseñas de cómics españoles de los ùltimos diez años.

10.07.2013

El debate o discusión sobre la novela gráfica puede acabar siendo otra tormenta en la taza de té de los comentadores y críticos, los entendus en esto del cómic, tebeo, historieta o arte secuencial, a manera de lo que fue aquel debate de los ochenta pasados acerca de la línea clara, con la diferencia de que este ùltimo fue tan local que se desarrolló entre nosotros en contraposición a una denominada línea chunga, mientras que la novela gráfica tiene un alcance que adopta dimensiones globales.

Esta globalidad trae consigo el promocionar cantidad de tiras cómicas que previamente recopiladas o no, se acogen a la categoría de novela gráfica, esgrimiéndose si acaso que lo de la novela gráfica es un movimiento, un fenómeno muy amplio incircunscribible a la mera categoría de 'categoría'.

Ahora bien, el debate línea clara vs. línea chunga nos enseñó algo. Descubrimos que lo que importa es la producción de tebeos o historietas, la evolución y el trabajo concreto de artistas que merecen ser así juzgados por sus obras. Siendo el caso además que a la postre estamos manejando conceptos que no son otra cosa que flatus vocis, Lo que hay que seguir, según el gusto de cada cual, son determinadas realizaciones de nuestros autores preferidos.

Tal cual nos ocurre con la novela gráfica.

Aunque al ser el arte de los tebeos netamente popular, como lo pueda ser el cine, no es preciso que el lector o espectador se empape de monografías, papers, blogs, foros, entrevistas, congresos, festivales, etcétera, para disfrutar del tebeo. O de la película.


Lo que suele pasar es que una cosa conlleva la otra, de modo que la afición por los tebeos acaba ampliando su alcance para incluir la información secundaria, además de las fuentes.

10.07.2013

Uno de los treinta autores que deja su muestra en el libro Panorama es Santiago Valenzuela. Y lo hace con una historieta ocasionalmente titulada "Llámalo X". Seis páginas que parecen ser un adelanto de lo que será el noveno volumen de la serie de aventuras del Capitán Torrezno.

El caso es que Valenzuela nos es presentado como uno de los representantes de la novela gráfica española contemporánea. Y lo es, no cabe duda, en el sentido más genuino de las palabras: Santiago Valenzuela es un novelista gráfico. Cien por cien novelista y cien por cien gráfico.

Otra cosa es lo que el propio Valenzuela opina sobre el estereotipo "novela gráfica", Así declara Valenzuela en una entrevista con fecha de 21 de junio de 2011:

A mí no me interesa mucho eso de la novela gráfica, quiero decir que no tengo esa inquietud que parece haber ahora por plasmar un trozo de vida o una experiencia personal, y que tiene que ver bastante con cierto impulso, a veces loable y otras más bien ridículo –dependiendo del resultado que es lo único que importa–, por dignificar el medio, por así decirlo, por hacer de él un vehículo para narraciones adultas o artísticas o profundas, tres calificativos bastante sospechosos, sobre todo el de adulto. Yo no creo que el cómic tenga que avergonzarse de nada, y creo que lo adulto y lo artístico y no digamos ya lo profundo son cosas que surgen por sí mismas y casi diría que por casualidad, no por una deliberación del autor que suele conducir al desastre.



11.07.2013

Con lo cual, llegamos a lo que venimos diciendo en este hilo. Corto Maltés en Siberia es una novela gráfica como es otra Tintin en el Tíbet. Lo que ocurre es que la expresión "novela gráfica" empezó a usarse asociada a historietas más o menos confesionales, en las que el autor se implica a sí mismo no solo en la exposición sino en el mismo argumento de la trama.

Esta novedad en el mundo del tebeo corresponde a un puñado de dibujantes e historietistas que despuntaron en el underground americano (Justin Green, Robert Crumb, Harvey Pekar, Art Spiegelman), con la muy notable excepción de Will Eisner, que estableció un hilo de continuidad en la historia del cómic no solo al encarnar él mismo el cómic clásico (The Spirit) y el autobiográfico (El soñador; Viaje al corazón de la tormenta; El día que me convertí en profesional), sino también al introducir él la expresión "novela gráfica" en 1978 para presentar su Contrato con Dios. Suele aceptarse que en el cambio de paradigma de Eisner influyó su conocimiento del trabajo de Green y Crumb, de modo que habría sido la mirada underground la que abrió nuevos espacios a la representación.

La presencia del yo, del ello y del superyó del historietista un su obra, con el añadido carácter confesional, ha propiciado un "cómic de autor" en el que el espacio de la ficción lo ocupan a menudo las ansiedades neuróticas del exponente y otros aspectos de su vida. Y como en todo arte, también en el noveno la calidad estética en estas ocasiones la aporta la pericia y el saber hacer del autor. Son los casos que hemos ido viendo: Marjane Satrapi, Alison Bechdel, Craig Thompson, Chester Brown, Frederik Peeters. Ya dijimos en su momento que lo que hace soportable esta tremenda intrusión de la personalidad del autor en su obra es que para nada solicitan autocompasión del lector y menos todavía comercian con la pornografía de los sentímientos. Es un arte difícil, pero es un arte.

Otra forma de aplicar el componente autobiográfico, más en cierto modo vanguardista, la aporta el periodismo gráfico de Joe Sacco, los libros de viajes de Guy Delisle y Alfonso Zapico, también comentados arriba.

Pero puede que la autobiografía sea un elemento suficiente, aunque no necesario de la novela gráfica. Entendámonos, si bien lo dejo para otro post.

12.08.2013

No creo yo que a estas alturas se resuelva el expediente acerca de "la novela gráfica" refiriéndose a ella, sea esta lo que sea, como "tebeo gafapasta" o "cómic gafapasta".