Salud y tebeos

Salud y tebeos
Mantened los ojos bien abiertos.
(Winsor McCay)

viernes, 26 de abril de 2024

La cesura que no cesa. El designio


El designio es ensamblar imágenes espectrales con palabras a fuego. Conjurar las cesuras del pasado en el tapiz de un presente continuo. Enlazar a Don Berrinche con El exorcista, con las mujeres en fuga y con David B. 


Y con el brazo ausente de Casimira en un futuro que ya fue. 


El Designio es un tebeo dibujado por Laura Pérez Vernetti y escrito por Javier Pérez Andújar. Sutura nuestros tiempos verbales. Y nos recuerda nuestra condición. 



viernes, 5 de abril de 2024

Dos muestras del giro estético en 'bande dessinée'

El “fenómeno Nietzsche” pudo ser, y de hecho lo fue, un evento intelectual que consistió en llevar a cabo un proceso de desnazificación del filósofo alemán. En el entorno francés, autores como George Bataille, Pierre Klossowski o Gilles Deleuze, cada uno por su cuenta, participaron en la configuración de una nueva lectura, un nuevo enfoque teórico, que recuperaba a la postre al pensador bigotudo y lo disponía para su plena aceptación ilustrada. Y en este contexto, filósofos como Michel Foucault, Jaques Derrida, Jean Baudrillard (o el mismo Deleuze) partían de la obra de Nietzsche ―entre otras― para fundamentar sus respectivos discursos. 

Pero existe un mundo fuera de la academia. El “fenómeno Nietzsche” no se limita a la filosofía, sino que la trasciende y se manifiesta en todos los órdenes de la cultura y el arte, e incluso alcanza diversos planteamientos de la vida cotidiana y de la actividad mercantil. Algo parecido sucedió con el existencialismo vivido en el segundo tercio del siglo veinte. Pero en lo que ahora nos ocupa, la escritura nietzscheana y el giro estético posmoderno son términos coextensivos que atraviesan un montón de manifestaciones de nuestro tiempo (un tiempo que no dudo en caracterizar como modernidad inclusiva con sus nuevos relatos). Es justo reconocer por otra parte que hay un abuso en el uso de Nietzsche como si fuese una marca, cosa que también ocurre por ejemplo con Borges, Picasso, Wilde, Einstein o Proust. Está claro que este abuso no anula la pertinencia de estos personajes, en absoluto limitados a ser meros nombres propios; sin embargo, nunca está de más la pregunta acerca de cuál es el valor de las recuperaciones, cuál es la ideología implícita en ellas, y en qué medida se reducen a una obediencia no diremos que ciega a las leyes del mercado. 

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También en el cómic, en lo que a las artes concierne, está presente este fenómeno. Basta con fijarse en dos tebeos recientes de autoría francesa, dos bandes dessinées, en los que encontramos explícita una presencia tan notable como gráfica del propio Nietzsche. 

No hace mucho apareció entre nosotros Humana, demasiado humana (2023), de Catherine Meurisse, que comento en el siguiente enlace de Tebeosfera


Más reciente todavía es la edición en castellano, en 2024, de Terapia de grupo, una versión integral de tres álbumes que Manu Larcenet publicó en su país entre 2020 y 2022 y que aquí se presentan en un tomo único. 


El humor que consiste aparentemente en reírse de sí mismo, pero que va más allá y se extiende a otros personajes, es una importante característica de Terapia de grupo que remite en cierto modo a otro título más juvenil de Larcenet, Retorno a la tierra. Pero el humor en este historietista funciona como un lubricante de algunos de sus relatos, especialmente los centrados en la autorrepresentación. Larcenet también domina el registro serio, carente de humor, tal y como lo demuestra sobre todo en El informe de Brodeck o en Blast. El hecho de que, por otra parte, Terapia de grupo conecte también de algún modo con Los combates cotidianos no es sino la confirmación de que estamos ante un autor completo. 


Una especie de dialéctica negativa, auténtica (en el sentido de Adorno), es lo que alimenta este tebeo de Larcenet. Puede afirmarse que el final de Terapia de grupo es una consecuencia del desarrollo del libro, pero también es cierto que de un modo visible ese final se encuentra en los comienzos de esta bande dessinée. La ficción que presenta un autor desgastado da pie a un recorrido estético que ya quisieran muchos artífices de la autoexpresión conseguir. Hay una lucha del autor-personaje consigo mismo y con su entorno, familiar y laboral, pero es ahí donde radica el sentido de esta dialéctica de la autenticidad. La estética nietzscheana conjuga el caos, la danza, la tragedia y la risa. Pero más que reírse, Larcenet en Terapia de grupo provoca una risa que pasa no solo por sí mismo, sino también por su uso y dominio de la historia del arte. 


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En cualquier caso, la recuperación de Nietzsche que realizan Catherine Meurisse y Manu Larcenet se manifiesta mediante un uso inteligente del giro estético puesto al servicio de la autoexpresión y de la superación personal. 


martes, 26 de marzo de 2024

Savater y los tebeos o cómics

Fernando Savater (quién le ha visto y quién le ve) publicó hace unos días en The Objective el artículo "Viñetas" [aquí]. A estas alturas de su vida y de la mía no voy a entrar en valoraciones acerca de la importancia pasada, presente y futura de Savater como filósofo y escritor. Prefiero ceñirme al motivo de este blog personal y así centrarme en un par de afirmaciones que aparecen en el artículo "Viñetas", un texto también dedicado al mismo motivo. 


La primera afirmación de Savater es la siguiente: 
«Para bastantes adultos y sobre todo viejos los tebeos representan la dicha perfecta de la infancia, lo que hoy proporcionan a los peques videojuegos y animes.»

Nuestro autor siempre ha sido fiel a lo expresado en el título de su conocido libro La infancia recuperada, en el que recrea su afición por la literatura narrativa de acción y de héroes, generalmente calificada como popular, frente a otras formas novelescas más tediosas, en su opinión. Estos gustos literarios de Savater se manifiestan en buena medida en sus intereses filosóficos, centrados desde el principio en la ética (Nihilismo y acción se titula su primer libro) y proyectados en su ensayo La tarea del héroe

Sin embargo, en mi opinión, la nostalgia no es una buena consejera, y así lo demuestra la segunda afirmación que destaco del artículo de Savater. Por otra parte, si hoy "los peques" ya no disfrutan con tebeos, sino con videojuegos y animes, ¿significa eso que las historietas desaparecerán más pronto que tarde?

Una de las marcas de fábrica de la escritura de Savater es su empeño en alcanzar notoriedad a través de la provocación. Ya en La infancia recuperada dedica un capítulo a uno de los héroes de su niñez: Guillermo Brown, del que destaca su pertenencia al club de "los proscritos". Se diría, entonces, que el señor Savater siente especial atracción por ser eso, un proscrito. Allá él. No obstante, en lo que nos ocupa aquí, entiendo que lo que este escritor expresa mediante la frase: 

«No cambio un tebeo del Capitán Trueno o de Hopalong Cassidy por ningún cómic sobre la búsqueda de tumbas anónimas de asesinados en la Guerra Civil...» 

revela, bajo el envoltorio de una provocación gratuita, un desconocimiento del medio historietístico que es impropio no ya de un filósofo cercano a la estética proporcionada por la vía lúdica que él ha cultivado, sino impropio también de alguien que declara un amor apasionado por los tebeos… salvo que esa declaración esté justificada tan solo por la nostalgia. 

La provocación gratuita está clara. Alude claramente al merecido éxito que Paco Roca y Rodrigo Terrasa están obteniendo con El abismo del olvido. Ya digo que allá él. No entraré ahora en el desdén que Savater manifiesta por la historia que cuentan Roca y Terrasa en su tebeo. Pero si es cierto que nadie está obligado a que le guste un producto determinado, también es extraño que un filósofo minusvalore concepciones y contenidos de cómics que han surgido después del paraíso de la infancia de Savater y que manifiestan, sobre todo, las enormes potencialidades que entraña un medio tan versátil y rico como el de las viñetas. Esa es la importancia, fundamentalmente estética, de los tebeos. 

Da la sensación de que Savater, aunque diga que recuperó su infancia, no ha salido nunca de ella, al menos en lo que a las viñetas concierne. 


sábado, 23 de marzo de 2024

Charles Burns entre los límites del sueño americano

También es casualidad que los últimos tebeos publicados en español de Charles Burns (n. 1955) y de Jeff Lemire (n. 1976) se titulen en portada de igual modo: Laberintos. Son las cosas de las traducciones, que no siempre son literales. De Charles Burns, el que ahora nos ocupa, acaba de salir en nuestro idioma el tercer volumen de ScreenLaberintos aquí, con el que se cierra una novela gráfica que el autor comenzó a publicar en 2019, seguido del tomo II en 2021 y el tomo III en 2023 (en español, 2022, 2023 y 2024). 


La expresión 'el sueño americano' es escindible en dos apartados: 'el sueño' por un lado, y 'americano' por el otro. Con relación al sueño, está claro que la narrativa gráfica de Charles Burns es cuando menos onírica, sobre todo si adoptamos el sentido de 'sueño' como 'dream'. Sobre la presencia del modelo americano, se aprecia en este autor una insistencia en el ambiente adolescente centrado en los 50', los 60' y los 70' de aquel país (EE. UU.). Con todo, es la técnica del distanciamiento, junto a su tratamiento estilístico, lo que le permite a Burns ser lo suficientemente crítico con las situaciones que expone. 

Siempre podremos preguntarnos si una estética reconocible a través de un estilo individual significa una repetición más o menos vacua. En relación con Charles Burns dejo las pregunta en el aire, aunque sospecho que la respuesta va a ser siempre favorable en este caso al autor. La lista de grandes historietistas y dibujantes de cómic es muy abultada, y Charles Burns se encuentra en esta nómina. En color y en blanco y negro. El estilo, cuando existe, es siempre la singularización de una estética. bien reconocible en tantísimos casos. Burns representa en sus historietas un periodo que si bien está formal e históricamente superado (aunque mantenido por el autor) suministra un espacio que trasciende la circunstancia particular. Este es uno de los tópicos de la historia del arte al que este historietista se atiene. 

En el caso de Charles Burns, los cincuenta, sesenta y setenta del siglo pasado son un marco de referencia estética universal. Es algo que nos agrada, en cuanto va más allá. 


domingo, 10 de marzo de 2024

Vidas cruzadas (11). Cuando París era una fiesta

Pablo Picasso (1905-1906): Retrato de Gertrude Stein

La expresión "generación perdida" se ha convertido en un meme, una especie de gen cultural extendido por innumerables bocas y plumas. Pero hay que matizar. En sentido amplio, lo de 'generación perdida' es un sentimiento tan existencial como universalizable: ¿Quién no lo ha sentido en alguna ocasión? [aquí, por ejemplo]. Pero en sentido estricto, es una locución formulada por Gertrude Stein a su amigo Ernest Hemingway en París: "Sois todos de una generación perdida", refiriéndose al conjunto de escritores y afines de entreguerras hoy conocidos bajo ese membrete. Nótese que Stein no se incluye a sí misma en la locución, pues ella pertenecía a una generación anterior. Y fue Hemingway, sobre todo mediante su libro París era una fiesta, quien popularizó esta frase de la escritora estadounidense, acaso más conocida por otra de sus frases: Rose is a rose is a rose is a rose... además de por sus facetas de coleccionista y mecenas del arte. 


Las italianas Valentina Grande y Eva Rossetti son las responsables de Gertrude Stein y la generación perdida (Gertrude Stein e la generazione perduta), publicado en 2022 en su país y recientemente en español por Liana Editorial (traducido por Inés Sánchez Mesonero). La circunstancia de que Stein fuese un par de décadas mayor que los representantes de la generación perdida a quienes se refirió con su frase, y de que la temporalidad  de esta autora se encontrase más cercana a Henri Matisse y a Pablo Picasso, favorece el que Grande y Rossetti conciban y realicen su tebeo como un reflejo del diálogo entre la pintura y la escritura (aunque sin plantear directamente el problema del paragone o comparación entre estas dos artes hermanas). A pesar de su artificio narrativo, entonces, la gratificación que proporciona este cómic no es tanto narrativa, sino más bien visual y conceptual. Otra gratificación procede del acercamiento al lector de las figuras de Gertrude Stein y de los demás escritores y artistas que aparecen en el libro. 


jueves, 7 de marzo de 2024

La soledad y la pérdida (Daniel Clowes)


Más compleja es la función del duelo en Monica, el tebeo de Daniel Clowes (2023), en el sentido en que da una espesura al relato bien ausente en los cómics referidos en la entrada anterior. Tanto es así, que no solo esta espesura es una marca de fábrica de Clowes, sino que además la soledad y la pérdida caracterizan a los personajes de todas sus obras. 

Cumplen de ese modo, la soledad y la pérdida, una función narrativa de primer orden en las historietas de Clowes, si bien se percibe en este autor una ironía que muestra el distanciamiento característico del segundo grado de la narración, tan común en buena pate del cómic contemporáneo. 


martes, 5 de marzo de 2024

El duelo y la narrativa gráfica


A veces da por pensar, en términos puramente racionales, que la posesión es enemiga de la tranquilidad. Cuanto más involucrados estemos con los adjetivos posesivos en primera persona (mi x, nuestro y, mis x', nuestros y'), más expuestos estaremos a las preocupaciones, accidentes o averías y, en el peor de los casos, a los estropicios. Esto es en principio aplicable a la mera posesión de cosas u objetos, sean estos muebles o inmuebles. El asunto cambia, sin embargo, cuando establecemos lazos íntimos (familiares, de amistad, de cariño o similares) con otros animales humanos o no humanos, a los que por cierto nos referimos usando también los adjetivos posesivos en primera persona: 'mis hijos', 'nuestros nietos', 'mi pareja', 'mi perro', 'nuestro gato'... No se trata en estos casos estrictamente de posesión (como no es tampoco una muestra de posesión, en otro orden de relaciones, cuando alguien dice por ejemplo 'mi abogado'). La pérdida de seres íntimamente queridos puede afectar a la estructura profunda de la personalidad de quienes padecen dicha pérdida, y no solo a su sistema nervioso central. Es así como se instauran los procesos psíquicos de duelo. Esta falta o ausencia provoca una situación que excede la fría lógica del cálculo racional y a la que todos estamos expuestos. 

No es cinismo apreciar que estas situaciones de duelo casan bien con la narrativa, tanto en los casos en que el autor expone su experiencia dolorosa en modo terapéutico, como cuando se utiliza esta vivencia en relatos de pura ficción (aunque también es cierto que no todo el mundo está dispuesto a soportar historias dolientes, sean o no reales). 


                                               
Recientemente han aparecido en el mercado de los cómics dos títulos que tienen en común el hecho de que sus respectivas ficciones se basan en sendos procesos de duelo paterno y materno, respecto a la pérdida de un hijo en un caso y de una hija en el otro. Se trata, por un lado, de La fosa, un relato gráfico de Erik Kriek con tintes lovecraftianos cuyo final resulta de lo más inquietante. Por otro lado, se encuentra Laberintos, de Jeff Lemire, una inteligente historieta de ciudad que tiene en cuenta el hilo de Ariadna para vencer al minotauro. Los dos cómics se levantan sobre el duelo parental. Los dos comparten una agilidad narrativa sustentada en un grafismo dinámico y solvente. Los dos me han hecho pasar buenos ratos y han estimulado mi imaginación, y eso que soy en principio reacio a embarcarme en historias construidas sobre situaciones de duelo por la pérdida de algún hijo. 

Supongo que habrá influido en mi actitud el hecho de que tanto La fosa como Laberintos plantean conflictos ficticios. 


domingo, 25 de febrero de 2024

El valor de los Cuadernos de Cómic

José Luis Munuera

Es como hablar del valor de Les Cahiers de la bande dessinée, pero en castellano. No hace mucho salió a la venta el número 1 de la revista Autores de cómic, correspondiente a Otoño de 2023, y es motivo de celebración. 

Celebración, en primer lugar (sin seguir un orden jerárquico), por la valentía de Isla de Nabumbu, la editorial responsable de la revista, y de su director, Javier Alcázar. En segundo lugar, por la reivindicación de la cultura impresa en papel, a salvo de la dependencia de los dispositivos y, lo que es peor, de apagones telemáticos. Además, es un modo de edición coleccionable, íntimamente conectado con las series de los tebeos. En tercer lugar, por el impulso que esta iniciativa puede dar a la divulgación, pero sobre todo al conocimiento, no solo de los autores de cómic monográficamente considerados en cada número, sino también, a través de ellos, del medio de la historieta, tan desconocido en líneas generales en nuestro país. No es una mala fórmula: uno por uno, repasaremos todo. José Luis Munuera es el autor elegido como centro de este primer número. En cuarto lugar, por las conversaciones que este tipo de publicaciones suscitan. En quinto lugar... 

No obstante, como dijo el filósofo, una golondrina no hace verano. Esta celebración será más rotunda, y así espero que lo sea, si tenemos la oportunidad de alegrarnos por el lanzamiento, pongamos por caso, del número 40 de la revista Autores de cómic

(Continuará) 


domingo, 18 de febrero de 2024

Tras las huellas de Rimbaud

Nubes tormentosas se ciernen sobre el horizonte. Parecía que algo horrible se había quedado atrás, aunque tal vez no es así. Y es que lo que puede suceder sucederá, pues ¿en qué otra cosa consiste la historia? Pero calma. El pasado siempre vuelve, aunque modificado. El tiempo no pasa nunca en balde. 


Arthur Rimbaud es la línea de fuga que anima este cómic de Christophe Dabitch y Benjamin Flao así titulado: La línea de fuga. Lo anima y hacia él convergen tanto la narrativa como las imágenes que contiene. Lo curioso es que Rimbaud es una permanente línea de fuga. Así lo debió de ver Hugo Pratt cuando ilustró el libro Cartas de África, de Rimbaud. 


La cuestión es el decadentismo, tan propio de los años setenta del siglo pasado y del progresismo a él asociado. Pero el caso es que hay una atmósfera estética, un cúmulo de inquietudes o una concepción del arte y de la literatura ―y de la vida a la larga― que se dio entre las décadas de 1870 y 1890 del siglo XIX en Francia e Inglaterra, principalmente, con ese nombre: decadentismo


La línea de fuga, el tebeo de Dabitch y Flao (Futuropolis, 2007; Norma Editorial, 2009), comienza en el París de 1888 y en él se despliega en principio el entorno histórico de Anatole Baju y su revista El Decadente (1886-1889), por él dirigida y publicada como intento de prolongar el legado poético de Arthur Rimbaud. Pero además, y sobre todo, La línea de fuga va más allá por cuanto muestra la experiencia de un poeta, Adrien, en principio imitador de Rimbaud, que emprende un periplo en búsqueda de Rimbaud ―al final por tierras de África― para superar esa imitación y encontrarse a sí mismo. 


La belleza de este cómic, de apariencia histórica, no invalida la cuestión planteada arriba. En el debate actual entre el decadentismo, la postmodernidad, el progresismo y la modernidad hay en juego toda una concepción no ya de la historia, sino de nuestra manera de estar en el mundo. Son muchas las líneas de fuga que el presente nos propone, pero no cabe duda de que una de ellas, poéticamente estimulante, es la que deriva de Rimbaud, tan vanguardista como lingüísticamente moderna. Hay otras líneas peores, pero me abstendré de citarlas aquí. 


viernes, 16 de febrero de 2024

Economía política al alcance de todo el mundo

Escribe Alan Moore: «El medio del cómic es fácilmente el método más atractivo y efectivo para comunicar información vital de manera que el destinatario la retenga y comprenda sin problemas»¹. 


Una prueba evidente de la verdad de este aserto de Moore la proporciona Capital e ideología, una versión en cómic ("adaptación gráfica" pone en la cubierta) realizada por Claire Alet y Benjamin Adam del libro de Thomas Piketty del mismo título. En lugar de afrontar las más de mil doscientas páginas que contiene el manual de Piketty, un lector curioso puede perfectamente disfrutar el cómic de Alet y Adam y acceder con ello, de un modo que no se daría sin la existencia de este tebeo. al contenido que el economista francés expone en su libro Capital e ideología. Un aval de lo que digo se encuentra en el hecho de que más de cien mil ejemplares del cómic han sido vendidos en Francia, según se indica en su edición española. 


La estrategia de Claire Alet y el arte de Benjamin Adam consiste en dotar de personajes al libro de Piketty. Crean así una saga familiar cuyos componentes, a través de ocho generaciones, ilustran los cambios sobrevenidos en la economía política francesa y, por extensión, occidental. El recorrido que describe el libro se vertebra en torno al eje de la desigualdad y la redistribución de la riqueza, teniendo en cuenta que la fuente de esta desigualdad es la ideología. En el enfoque de Piketty, la ideología es el motor de la historia. El autor se inscribe así en la tradición francesa que, desde los ideólogos de la Revolución (Destutt de Tracy, Cabanis), herederos de Condillac y del sensualismo lockeano, conciben la Ideología como inherente a cualquier ser humano en tanto que dotado de ideas. Pero la fuente de las ideas son las sensaciones, y entre estas se validó la sensación de ser propietario… en lo que todavía estamos. Piketty propone una superación de este estado de cosas, una superación del capitalismo, tal y como el cómic de Alet y Adam explica con claridad y dominio gráfico y narrativo. 

Este es un ejemplo de la maravilla a la que se refiere Alan Moore en nuestra cita inicial. 
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(1) En "Buster Brown en las barricadas", un ensayo de Alan Moore de 2013 publicado en Occupy Comics e incluido en el libro Cuadernos de humo sagrado, Editorial Barrett, Sevilla, 2023, p. 104. 


jueves, 8 de febrero de 2024

Vertical a la Tierra, Perpendicular al Sol

Perpendicular al Sol es vertical a la Tierra, ¿no? 


Esa es la actitud, siempre erguidos. Perpendiculares al Sol, verticales a la Tierra. 


martes, 23 de enero de 2024

Vidas cruzadas (10). Armada de locura


"Estoy armada de locura para un largo viaje". Leonora Carrington

Este es el epígrafe del nuevo tebeo de los Talbot (Mary M. y Bryan), Armada de locura. En el cuerpo de notas de este libro leemos: 
«Un catálogo de una exposición en Monterrey cita esta frase como si fuera una declaración de Leonora. Parafrasea el subtítulo de la novela modernista Armados de locura, de Mary Butts, publicada por primera vez en 1928». 
Lo que a mí me interesa en esta entrada es el subtítulo del cómic: Leonora Carrington, la última surrealista, pues es ahí donde se encuentra la mitad de la tela en esta historieta (la otra mitad se encuentra en el propio título: Armada de locura, al que me referiré en otra ocasión). 


La relación en particular de Carrington con Max Ernst es determinante para la vinculación de esta pintora y escritora con el grupo surrealista. Y también, sin duda, la propia obra de la artista. Se trata de un grupo, una obra y una vida que atraviesa el siglo XX. 


Está también la larga etapa mexicana de esta mujer, su profunda amistad con la pintora Remedios Varo, la relación de Leonora Carrington con el vasto grupo de artistas mexicanos más los procedentes del exilio. 

Está muy justificada, entonces, la presencia de esta artista en mi serie Vidas cruzadas.