Ediciones Novaro (EN) fue una empresa mexicana que inundó de
tebeos los quioscos de nuestra infancia. Estos suponían algo así como "la conexión
americana", escritos en un español de allá y rebozados con expresiones y
globos que nos sonaban distantes y, en cierto modo, cursis.
La lista de títulos y personajes que distribuía la editorial
Novaro era muy amplia. Por un lado, estaban unos tebeos que a mí me parecían
infumables pero que tenían su audiencia: Sal y Pimienta, La pequeña Lulú,
Periquita... Jamás me gasté un penique con ellos. Luego había otros con el
mismo formato, como Daniel el travieso, El pájaro loco..., algo más
llevaderos.
Por otro lado, Novaro editaba en papel historietas de los
dibujos animados de la Warner Brothers que veíamos en la tele, como Porky
Pig, El pato Lucas y tal. Y no
recuerdo ahora si los de Hanna-Barbera (El oso Yogui, Huckleberry Hound, Pixie
y Dixie) los editaba también Novaro.
La misma editorial publicaba entonces en español los cuentos
de Walt Disney.
Luego estaban las historietas del oeste, de vaqueros, con
El llanero solitario a la cabeza (en mi cabeza).
Y finalmente, Novaro nos acercó al mundo de los superhéroes
clásicos: Superman y Batman.
Después de todo, Ediciones Novaro se merece un recuerdo. A
la empresa se la llevó por delante un terremoto que hubo en México D. F. a
mediados de los ochenta del pasado siglo.
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