El británico Alan Moore (n. 1953) está considerado grande
entre los grandes en el mundo del cómic. En realidad no es un autor gráfico, no
dibuja ni colorea sus relatos, sino que es guionista, creador de historias
plasmadas en historietas dibujadas por otros. Y es que en esto de los cómics
también se cumple aquello que John Ford contestó cuando le preguntaron qué tres
elementos son esenciales para hacer una buena película: lo primero, un buen
guión; lo segundo, un buen guión, y lo tercero, un buen guión. Claro que Ford
era un magnífico realizador o plasmador de guiones mediante imágenes en
movimiento.
Así pues, los éxitos de Alan Moore simpre son en
colaboración: V de Vendetta con David Lloyd, Watchmen con Dave
Gibbons y John Higgins, La liga de los hombres extraordinarios con Kevin
O'Neill, etc. Cabe decir que el cine ha contribuido enormemente a extender la
popularidad de Alan Moore, dado que estos títulos han sido convertidos en
películas aclamadas, si bien Moore se desdice de ellas.
Una curiosidad (relativa) de Alan Moore es Lost
Girls:
Se trata de una serie erótica iniciada en 1991 y culminada
en 2006 en colaboración con su actualmente esposa Melinda Gebbie. Ahora está
reunida en tres volúmenes que conforman una diletante novela gráfica publicada
en estuche.
El barroquismo conceptual que caracterizan los relatos de
Alan Moore está presente también en Lost Girls. Las niñas perdidas son
Alicia, Wendy y Dorothy, heroínas respectivas del País de las Maravillas, Nunca
Jamás y la Tierra de Oz. La acción tiene lugar en un hotel centroeuropeo en
vísperas de la I Guerra Mundial, con un ambiente decadente y esteticista que
enmarca todo tipo de escenas de fuerte contenido sexual con las tres
protagonistas de por medio.
Lost Girls está cargada de referencias artísticas y
literarias: Proust, Mucha, Wilde, Beardsley, el preciosismo vienés... A lo
largo de la novela se suceden diferentes estilos formales y gráficos, compendiando
un todo caracterizado por la transgresión y la búsqueda de reacciones sensibles
en el lector.
.
Hay quien opina que Lost Girls es descaradamente
pornográfica. En todo caso, sea lo que fuere, es una obra inspirada en la
liberación de tabúes y formas encorsetadas que caracterizó a la generación
hippie a la que sin duda pertenece Alan Moore.
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