Salud y tebeos

Salud y tebeos
Mantened los ojos bien abiertos.
(Winsor McCay)

miércoles, 25 de diciembre de 2024

Chillida o el espacio ilustrado


Más que temporal, el arte de Chillida es espacial. Así queda evidente en El mapa de Chillida, el cómic de David Marto recién publicado hace dos meses. La capacidad de síntesis que Marto despliega en esta obra permite comprender cómo Eduardo Chillida perteneció a una época, un momento histórico, que dejaba de lado la dimensión temporal humana en favor de una lectura puramente espacial, geográfica ―estructuralista― de nuestro entorno. Es una concepción ilustrada que impulsa la consecución de unos valores atemporales: tolerancia, paz, diálogo, justicia, etc., que el artista promovió con sus inmensas esculturas (obra pública) por diferentes puntos de la geografía no solo española. En cualquier caso, dejaré que quienes lean esta historieta descubran la belleza que encierra, pese a su aparente simplicidad. 


No he podido evitar acordarme de una anécdota. En uno de sus libros, no recuerdo ahora en cuál, el donostiarra Savater escribe que iba paseando por su ciudad cuando se le acercó un viandante que buscaba la forma de llegar a "El peine del tiempo" [por "El peine del viento", de Chillida, que se encuentra frente al Cantábrico en San Sebastián]. Savater, ni corto ni perezoso, le respondió que el peine del tiempo es el que nos deja a todos calvos. 

Frente al tiempo, no cabe duda de que Eduardo Chillida optó por el espacio. 


domingo, 8 de diciembre de 2024

El espacio-tiempo y la modernidad del cómic

 
Richard McGuire: Aquí (Here), 1989

La relatividad del espacio-tiempo de Einstein, así como la indisolubilidad de la imagentexto de Mitchell, encuentran en el cómic una forma de realización. Ambas dimensiones se conjugan y crean una realidad inseparable de la modernidad. He ahí la singularidad de la historieta. 


domingo, 17 de noviembre de 2024

Paul Preston y José Pablo García

 Me parece que nunca conseguiremos desembarazarnos de la figura de Francisco Franco, ni en el plano personal (al menos en mi caso, debido a mi edad), ni en el colectivo (en vista de la deriva que están tomando los asuntos políticos, no solo en España). Esta es una mera observación personal, motivada por la lectura y contemplación del nuevo cómic de José Pablo García: Franco, en el que el dibujante malagueño adapta en lenguaje gráfico la documentada biografía que Paul Preston dedicó al general ferrolano. 


Esta es la tercera ocasión en la que José Pablo traspone a historieta una obra histórica de Preston. Lo hizo previamente en 2016 con La guerra civil española y en 2017 con La muerte en Guernica. En estos títulos, como en otros del mismo dibujante ―Soldados de Salamina, El hijo del chófer, o Los desastres de la guerra― García muestra su solvencia a la hora de "traducir" una obra escrita en un medio (el literario) a otro medio (el del cómic). A tenor de los resultados, es ciertamente una suerte contar con los tebeos realizados por tan hábil traductor, además de gozar con la original Las aventuras de Joselito


En su biografía sobre Franco, Paul Preston sabe conciliar el talante psicológico del autócrata general con el devenir histórico de los tres primeros cuartos del siglo XX español. En Franco, José Pablo García adapta perfectamente en cómic esa conciliación. Es otra manifestación de la coincidencia entre lo personal y lo colectivo a que me refiero al principio, solo que en el caso del dictador Franco la fusión entre ambos órdenes tuvo consecuencias cuando menos dramáticas. 


domingo, 27 de octubre de 2024

Paramos todo, reflexionamos y no es triste


Este es el lema que condensa la propuesta de Gébé (Georges Blondeaux) en L'An 01: "Paramos todo, reflexionamos y no es triste" ("On arrête tout, on réfléchit et c'est pas triste"). 

Se trata de una utopía, una rebelión no violenta, más que de una revolución. 

Sin dolor. Consiste en dar no un paso adelante o atrás, sino “un paso al costado” (“un pas de côté"). 


Sustituir la lucha por la kermesse

Suprimida la alienación (el trabajo alienante), ya no es necesaria la ficción entendida como evasión. 

Lo curioso es que la serie de cómic la inició Gébé en 1970 y la adaptación cinematográfica se estrenó en 1973. Es post-68. Como dice el autor: «La imaginación que llama a las armas o que llama al orden es una impostura. La imaginación llama a la imaginación». 

Y es también anterior a la crisis iniciada el mismo 1973. 


Cada vez está más claro que es pura poesía gráfica, ya que la historia ―a fecha de hoy― no va por ahí. 


lunes, 21 de octubre de 2024

Che Guevara y Eva Duarte

A veces oscilamos entre si la historia la hacen personas de carne y hueso ―agentes individuales movidos por impulsos desatados por otros agentes o por ellos mismos, o así―, o si más bien el sujeto de la historia son las estructuras (económicas, políticas, culturales, sociales) en las que nos hallamos inmersos y nos determinan. Otras veces suponemos una solución entre ambos extremos: las estructuras condicionan pero no determinan (es el punto de vista aceptado por el derecho, la religión, las filosofías de la libertad y tal vez la concepción heredada). Cada opción de estas tres tiene sus problemas, pero ahora simplemente quiero referirme a la primera de ellas, por cuanto conlleva el peligro de la hagiografía. 


Es este el mayor peligro, el de la hagiografía, al que se enfrentan los dos cómics: Che. Vida de Ernesto Che Guevara, por un lado, y Evita. Vida y obra de Eva Perón, por el otro lado, reunidos en un solo volumen de reciente aparición (Reservoir Books). La autoría de ambas historietas se debe nada menos que a Héctor Germán Oesterheld, al guion, y los dos Breccia (padre e hijo), Alberto y Enrique, al dibujo. De los avatares editoriales que afectaron a la publicación de ambos cómics, uno de 1968 y el otro de 1970, dan cuenta sendas notas editoriales que aparecen cada una al final de las respectivas semblanzas reunidas en el libro. 


La épica lírica de Oesterheld, junto al expresionismo y el realismo ―ambos fantasmáticos― de Alberto y de Enrique Breccia (por ese orden), más la magnífica utilización del blanco y negro que efectúan ambos, más todo lo que pone el lector cada vez que actualiza la obra, más un mínimo sentido de la historia, etcétera, convierten el cómic sobre Che Guevara en una obra de arte furiosa y afirmativa, con anclaje tanto histórico como actual. 


Diferente es el asunto de Evita. Vida y obra de Eva Perón. A primera vista puede espantar la cantidad de texto escrito en relación con las imágenes dibujadas. Pero esto es solo una primera impresión. La lectura deviene inmersiva a partir de la primera viñeta, y no se abandona hasta el final. Aquí los autores parece que han optado más por el cómic reportaje, o el cómic documental. Prevalece el relato periodístico, pero siempre con la épica subyacente al trabajo de Oesterheld-Breccia. Emociona igual que la historieta anterior (la del Che), aunque de otra manera. 


Puesto que todavía circula por ahí una edición de 2008 de Vida del Chela gran novedad ahora es poder disponer de Evita, la vida en cómic de Eva Duarte ―una desconocida para tantísima gente―, con la garantía y el arte de  Oesterheld-Breccia. 


miércoles, 9 de octubre de 2024

Los dos infinitos de Craig Thompson

Página de Raíces de Ginseng

Como Pascal, Craig Thompson se encuentra en el laberinto de dos infinitos: el del cielo y el del suelo. Son dos infinitos que remiten a la infancia del dibujante (Raíces de Ginseng) y a sus padres (Blankets). 

Pero, a diferencia del francés, Thompson no parece caer en la trampa de la apuesta. Se conforma con la inmanencia existencial de su propia vida y la de sus seres queridos. 

No obstante, sus tres grandes novelas gráficas (las dos citadas más Habibi) rezuman la infinitud que apunta a la trascendencia. 

(Sorprenden, por cierto, tanto la calidad del dibujo como el abigarramiento gráfico ―visual y textual― de Raíces de Ginseng, expresión este último de una especie de horror vacui o miedo al vacío. 
Sorprenden, sobre todo, si se ponen en relación con la enfermedad en las manos de Thompson y si se piensa, por otra parte, en los vínculos que haya entre el vacío y la infinitud.)


domingo, 15 de septiembre de 2024

¿De verdad el mercado es autónomo?


Acabo de ver en la web de una empresa que vende libros descatalogados la oferta por 2,95 euros de este cómic, nada despreciable, escrito y dibujado por Miguel Fuster. Me ha impresionado la baratura anunciada y me ha hecho pensar un poco. Son las leyes del mercado, se nos dice, la oferta y la demanda regidas por una mano invisible. Pero, ¿de verdad es el mercado autónomo? ¿Acaso no está dirigido por las grandes empresas y corporaciones, igual que por determinadas decisiones políticas y hasta por el consumo conspicuo teorizado por Veblen? 

La gran trampa del neoliberalismo consiste en extender a las empresas, que son personas jurídicas, los mismos derechos que a las personas naturales, o sea, cada uno de nosotros, convertidos ahora en consumidores. La libertad individual que alimenta los tradicionales discursos liberales y anarquistas (con todos los matices existentes entre una y otra posición) es adoptada por el neoliberalismo y el anarcocapitalismo para las mismas empresas y las finanzas. Una auténtica tomadura de pelo en nombre de la libertad. 

Lo más gracioso, volviendo al tebeo de Miguel Fuster, es que lo encuentro también ofertado en Amazon, aunque aquí por 255,84 euros y en AbeBooks por 107,46 euros, en ambos casos vendidos desde Francia. 

Vaya con la libertad aplicada al mercado, compuesto a fin de cuentas por individualidades personales. 


jueves, 18 de julio de 2024

El valor de las buenas entrevistas

Teresa Valero

Las buenas entrevistas son las que permiten que el entrevistado se exprese ampliamente, hasta el punto de que casi percibamos su respiración. Son aquellas en las que el entrevistador no pretende saber más que el entrevistado (o la entrevistada). Etcétera. En televisión lo aprendimos en A fondo, aquel programa setentero de TVE presentado por un Joaquín Soler Serrano que suscitaba la conversación dejando hablar sin cortapisas al personaje invitado. 

En tanto que leídas, en la misma estela se ubican las entrevistas que Javier Alcázar y Pablo Portillo realizan en su revista Autores - Autoras de Cómic, en las que mediante una vasta conversación el historietista invitado (José Luis Munuera en el nº 1) o la historietista invitada (Teresa Valero en el nº 2) ―cuyas voces y obras integran monográficamente cada número― se expresan abiertamente acerca de su experiencia y su trabajo.  


Autoras de Cómic es el título del segundo número de la revista que realizan los mencionados Javier Alcázar y Pablo Portillo, más el saber hacer gráfico de Antonio Moreno. Como indico arriba, este número está dedicado íntegramente a Teresa Valero y al objetivo manifiesto de que el lector conozca en profundidad la personalidad y la obra de la artista invitada. El más extenso bloque de la entrevista a la autora se complementa con una selección de páginas de historieta e ilustraciones de la propia Teresa Valero, seguida de cuatro reseñas correspondientes a Brujeando, Curiosity Shop, Gentlemind y Contrapaso, firmadas respectivamente por Diego García Rouco, José Carlos García, José Luis Vidal y Jorge García García. Finalmente, una Tebeografía con detalladas referencias de las publicaciones de la autora pone el broche a este segundo número de la revista que, como el anterior, cumple su objetivo: favorecer el conocimiento del autor o la autora presentes. Un conocimiento en el que resulta imprescindible el valor de las buenas entrevistas. 

Ya son dos golondrinas en lo que promete ser un feliz verano. 


Nine Antico: feminismo y cómic


Es un tema que no es nuevo, como no lo es la presencia de las mujeres en todos los órdenes de la vida cultural y social. Sí que es nuevo, en cambio, el interés por investigar esta presencia, a partir del indiscutible protagonismo de la mujer en la actualidad (en todos los órdenes de la vida cultural y social). 

Dejo aquí el enlace a un artículo en el que me aproximo al asunto en el cómic a propósito de la historietista francesa Nine Antico: 



jueves, 11 de julio de 2024

Elogio del bitono (a propósito de 'Pasotas')


    Carmelo Manresa se desempeña de nuevo con un relato gráfico, Pasotas en esta ocasión, centrado en la historia del ultimo cuarto del siglo veinte a partir de su experiencia adolescente en el sureste peninsular de la época. La frescura narrativa manifestada por el autor en su primer cómic largo, Plaza de la Bacalá (2017) y reafirmada en el segundo, Cine de verano (2021), se encuentra presente también en Pasotas (2024). Solo que el empleo del bitono por parte de Manresa ―un recurso técnico que él ya había empleado en Cine de verano― alcanza en el reciente cómic un uso magistral, ya que aquí el duotono se ahorma con el contenido de la historia narrada en Pasotas. 

    Los dos tonos aplicados por Manresa en Pasotas son el verde y el negro, tal y como se aprecia en las guardas del tebeo: 


    Pero, sobre todo tratándose de un cómic, hay que añadir el blanco del fondo de la plancha y sumar las posibilidades que ofrece el efecto multiplicativo de estos tres colores yuxtapuestos. Un efecto que es equivalente al multicolor que a la postre recibe el lector y que se acrecienta una vez que este ha ingresado en los entresijos visuales y especialmente narrativos de la historia, 


    En el plano visual, la historieta que comentamos no se limita al empleo del bitono en su composición, pero tampoco en el plano del argumento el relato se reduce a la articulación de dos o de tres colores. La historia, general y particular, es siempre mucho más compleja. Así lo evidencia Carmelo Manresa en este entrañable Pasotas


miércoles, 3 de julio de 2024

Una temporada en el infierno (La reina de Babilonia)

Corto Maltés se encuentra en esa zona inveterada, más bien atemporal, que encaja de lleno en el reino de las ensoñaciones míticas. Solo así se entiende la interpretación que Martin Quenehen y Bastien Vivès realizan del héroe antihéroe prattiano. 


La reina de Babilonia es la segunda entrega, tras Océano Negro (2021), que Vivès y Quenehen dedican al marinero Corto (si bien los dos franceses colaboraron también en el tebeo 14 de julio, publicado en 2020). Al territorio mítico que ocupan las aventuras de Corto Maltés, Vivès y Quenehen añaden en La reina de Babilonia otro mito, el de Semíramis, inserto en escenarios infernales del siglo XXI. 


El estilo inconfundible de un maestro de la narrativa visual como es Bastien Vivès encaja a la perfección con las historietas guionizadas por el historiador, productor, locutor y columnista Martin Quenehen. Aquí lo que prospera es una nueva vida para Corto Maltés que no interfiere para nada en la escritura dibujada que diseñó el siglo pasado Hugo Pratt para su marinero y que tan fielmente prolongan los volúmenes realizados por Rubén Pellejero y Juan Díaz Canales. En realidad, no es que no interfiera, sino que amplía el horizonte de sucesos en el cual se va inscribiendo progresivamente el personaje ya mítico creado por Pratt. 


En esta ocasión, Vivès y Quenehen han decidido prescindir de la gorra de Corto, con lo que paradójicamente se enriquece el imaginario que el lector alimenta sobre el personaje. Otro tanto ocurre cuando Vivés lo representa francamente desmejorado, aunque nunca abatido. 


miércoles, 12 de junio de 2024

Dibujar la guerra, fotografiar el horror

Dejo aquí otra de las ideas que voy anotando en este bloc y que no sé si algún día desarrollaré. La de hoy tiene que ver, por un lado, con la vinculación entre el dibujo y la guerra; 


Y, por otro lado, con la vinculación entre el dibujo y la fotografía a través del cómic: 


Por encima de todo, hago uso de la (meta)idea del blog como depositario de apuntes e ideas, en este caso en relación con la historieta. 


martes, 11 de junio de 2024

De 'Bella ciao' al GAP. El caso Feltrinelli


En la historia del cómic, los años sesenta y setenta del siglo pasado se recuerdan asociados al despliegue del comix o cómic underground. Pero fueron también, más allá del estricto marco de la historieta, dos décadas vitalmente politizadas, antes del repliegue conservador iniciado a partir de los 1980. El contexto internacional marcado por la relativa cercanía del fin de la II GM, pero sobre todo por la guerra fría y la inquietud generada por un probable uso enloquecido de "la bomba", junto al desarrollo de un capitalismo optimista ante las posibilidades del futuro, delimitaron el escenario. El deseo de una revolución se incrustó en aquel momento histórico, al menos en un cierto sector de la población y no solo en las cabezas y en las obras de numerosos intelectuales y artistas. El mismo Savater, quién te ha visto y quién te ve, escribió un Panfleto contra el todo, y otro libro titulado La filosofía como anhelo de la revolución. (Ni que decir tiene que este anhelo coexistió con quienes, más numerosos entonces y ahora, no deseaban en el fondo ninguna revolución, sino tan solo un pretendido progreso tecnoeconómico). 

El editor y político italiano Giangiacomo Feltrinelli (1926-1972) destacó en esta situación contradictoria y febril. Feltrinelli, precisamente, es un reciente cómic ―guionizado por Guillermo Gracia Santos y Aitor Iturriza Mendia, y dibujado por Nacho Lava Laiz― en el que sorprende la capacidad de síntesis manifestada por sus autores. 


Entre otras muchas cosas, Feltrinelli es una buena muestra de cómo la mejor ficción se encuentra muchas veces en la pura realidad. Y sin ningún tipo de onanismo. 

(Continuará)


domingo, 12 de mayo de 2024

Los Ellos de Carla Berrocal, los Ellos de H. G. Oesterheld

 
Carla Berrocal ha publicado recientemente La tierra yerma, un cómic que contiene numerosas capas de significado. La historia del mismo transcurre en tierras charras y se encuentra protagonizado por mujeres, auténticas heroínas del relato. Con todo, la ambientación es atemporal o, mejor, se inscribe en este territorio mítico que configuran los westerns más áridos, o al menos tan baldíos como el paisaje que los sustenta. Ya digo que se trata de un tebeo en extremo significante, de modo que aquí voy a referirme tan solo a unos personajes que limitan el escenario y la acción de La tierra yerma, nombrados como Los Ellos. 


Los Ellos de La tierra yerma suponen, en una primera lectura, la representación del mal absoluto. Pero como no estoy muy seguro de que su papel en esta historia se limite al de referir las determinaciones mediante las cuales el patriarcado constriñe a sus víctimas, que no son únicamente mujeres, prefiero relacionar esta figura, la de Los Ellos, con la de otros Ellos más que notables en la historia del cómic, esto es, los Ellos de El Eternauta, el famoso tebeo escrito por H. G. Oesterheld y dibujado en su primera versión por Solano López. 


La gran diferencia entre los Ellos de La tierra yerma y los de Oesterheld es que en El Eternauta no aparecen representados. Pero, desde una lectura existencialista y en clave psicoanalítica, en ambos relatos estos personajes cumplen idéntica función. Los Ellos recogen los fantasmas, las angustias, ansiedades y delirios de una población atemorizada por las incertidumbres. Los Ellos son los invasores a los que en última instancia todos los fantasmas obedecen y designan, como decimos arriba, el mal absoluto. Se les represente o no, su presencia es más inferida que manifiesta, si bien en el tebeo de Berrocal esta presencia es más evidente. (Digamos, entre paréntesis, que esta es una de las claves del éxito de los mejores relatos de terror. El mal se presiente, se intuye, pero no tiene figura reconocible). 

Como es bien sabido, el acceso al ello constituye el fundamento del psicoanálisis freudiano. El ello, el id, no se conoce por sí, sino a través de sus manifestaciones. Es el inconsciente. Y como Freud enunció, los sueños son la vía privilegiada de acceso al inconsciente. Tanto en la diégesis de La tierra yerma, como en la de El Eternauta, los Ellos constituyen una evocación. La del inconsciente incontrolado que asusta. Centrándonos en el relato de Berrocal, esta es la conexión que es factible establecer entre el territorio mítico de los sueños y el cuento que se desglosa en La tierra yerma, con su permanente acceso a lo real. Hay aquí el goce que proporciona esta unión, si bien es un goce trágico, como el de las buenas historias. 


viernes, 26 de abril de 2024

La cesura que no cesa. El designio


El designio es ensamblar imágenes espectrales con palabras a fuego. Conjurar las cesuras del pasado en el tapiz de un presente continuo. Enlazar a Don Berrinche con El exorcista, con las mujeres en fuga y con David B. 


Y con el brazo ausente de Casimira en un futuro que ya fue. 


El Designio es un tebeo dibujado por Laura Pérez Vernetti y escrito por Javier Pérez Andújar. Sutura nuestros tiempos verbales. Y nos recuerda nuestra condición. 



viernes, 5 de abril de 2024

Dos muestras del giro estético en 'bande dessinée'

El “fenómeno Nietzsche” pudo ser, y de hecho lo fue, un evento intelectual que consistió en llevar a cabo un proceso de desnazificación del filósofo alemán. En el entorno francés, autores como George Bataille, Pierre Klossowski o Gilles Deleuze, cada uno por su cuenta, participaron en la configuración de una nueva lectura, un nuevo enfoque teórico, que recuperaba a la postre al pensador bigotudo y lo disponía para su plena aceptación ilustrada. Y en este contexto, filósofos como Michel Foucault, Jaques Derrida, Jean Baudrillard (o el mismo Deleuze) partían de la obra de Nietzsche ―entre otras― para fundamentar sus respectivos discursos. 

Pero existe un mundo fuera de la academia. El “fenómeno Nietzsche” no se limita a la filosofía, sino que la trasciende y se manifiesta en todos los órdenes de la cultura y el arte, e incluso alcanza diversos planteamientos de la vida cotidiana y de la actividad mercantil. Algo parecido sucedió con el existencialismo vivido en el segundo tercio del siglo veinte. Pero en lo que ahora nos ocupa, la escritura nietzscheana y el giro estético posmoderno son términos coextensivos que atraviesan un montón de manifestaciones de nuestro tiempo (un tiempo que no dudo en caracterizar como modernidad inclusiva con sus nuevos relatos). Es justo reconocer por otra parte que hay un abuso en el uso de Nietzsche como si fuese una marca, cosa que también ocurre por ejemplo con Borges, Picasso, Wilde, Einstein o Proust. Está claro que este abuso no anula la pertinencia de estos personajes, en absoluto limitados a ser meros nombres propios; sin embargo, nunca está de más la pregunta acerca de cuál es el valor de las recuperaciones, cuál es la ideología implícita en ellas, y en qué medida se reducen a una obediencia no diremos que ciega a las leyes del mercado. 

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También en el cómic, en lo que a las artes concierne, está presente este fenómeno. Basta con fijarse en dos tebeos recientes de autoría francesa, dos bandes dessinées, en los que encontramos explícita una presencia tan notable como gráfica del propio Nietzsche. 

No hace mucho apareció entre nosotros Humana, demasiado humana (2023), de Catherine Meurisse, que comento en el siguiente enlace de Tebeosfera


Más reciente todavía es la edición en castellano, en 2024, de Terapia de grupo, una versión integral de tres álbumes que Manu Larcenet publicó en su país entre 2020 y 2022 y que aquí se presentan en un tomo único. 


El humor que consiste aparentemente en reírse de sí mismo, pero que va más allá y se extiende a otros personajes, es una importante característica de Terapia de grupo que remite en cierto modo a otro título más juvenil de Larcenet, Retorno a la tierra. Pero el humor en este historietista funciona como un lubricante de algunos de sus relatos, especialmente los centrados en la autorrepresentación. Larcenet también domina el registro serio, carente de humor, tal y como lo demuestra sobre todo en El informe de Brodeck o en Blast. El hecho de que, por otra parte, Terapia de grupo conecte también de algún modo con Los combates cotidianos no es sino la confirmación de que estamos ante un autor completo. 


Una especie de dialéctica negativa, auténtica (en el sentido de Adorno), es lo que alimenta este tebeo de Larcenet. Puede afirmarse que el final de Terapia de grupo es una consecuencia del desarrollo del libro, pero también es cierto que de un modo visible ese final se encuentra en los comienzos de esta bande dessinée. La ficción que presenta un autor desgastado da pie a un recorrido estético que ya quisieran muchos artífices de la autoexpresión conseguir. Hay una lucha del autor-personaje consigo mismo y con su entorno, familiar y laboral, pero es ahí donde radica el sentido de esta dialéctica de la autenticidad. La estética nietzscheana conjuga el caos, la danza, la tragedia y la risa. Pero más que reírse, Larcenet en Terapia de grupo provoca una risa que pasa no solo por sí mismo, sino también por su uso y dominio de la historia del arte. 


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En cualquier caso, la recuperación de Nietzsche que realizan Catherine Meurisse y Manu Larcenet se manifiesta mediante un uso inteligente del giro estético puesto al servicio de la autoexpresión y de la superación personal. 


martes, 26 de marzo de 2024

Savater y los tebeos o cómics

Fernando Savater (quién le ha visto y quién le ve) publicó hace unos días en The Objective el artículo "Viñetas" [aquí]. A estas alturas de su vida y de la mía no voy a entrar en valoraciones acerca de la importancia pasada, presente y futura de Savater como filósofo y escritor. Prefiero ceñirme al motivo de este blog personal y así centrarme en un par de afirmaciones que aparecen en el artículo "Viñetas", un texto también dedicado al mismo motivo. 


La primera afirmación de Savater es la siguiente: 
«Para bastantes adultos y sobre todo viejos los tebeos representan la dicha perfecta de la infancia, lo que hoy proporcionan a los peques videojuegos y animes.»

Nuestro autor siempre ha sido fiel a lo expresado en el título de su conocido libro La infancia recuperada, en el que recrea su afición por la literatura narrativa de acción y de héroes, generalmente calificada como popular, frente a otras formas novelescas más tediosas, en su opinión. Estos gustos literarios de Savater se manifiestan en buena medida en sus intereses filosóficos, centrados desde el principio en la ética (Nihilismo y acción se titula su primer libro) y proyectados en su ensayo La tarea del héroe

Sin embargo, en mi opinión, la nostalgia no es una buena consejera, y así lo demuestra la segunda afirmación que destaco del artículo de Savater. Por otra parte, si hoy "los peques" ya no disfrutan con tebeos, sino con videojuegos y animes, ¿significa eso que las historietas desaparecerán más pronto que tarde?

Una de las marcas de fábrica de la escritura de Savater es su empeño en alcanzar notoriedad a través de la provocación. Ya en La infancia recuperada dedica un capítulo a uno de los héroes de su niñez: Guillermo Brown, del que destaca su pertenencia al club de "los proscritos". Se diría, entonces, que el señor Savater siente especial atracción por ser eso, un proscrito. Allá él. No obstante, en lo que nos ocupa aquí, entiendo que lo que este escritor expresa mediante la frase: 

«No cambio un tebeo del Capitán Trueno o de Hopalong Cassidy por ningún cómic sobre la búsqueda de tumbas anónimas de asesinados en la Guerra Civil...» 

revela, bajo el envoltorio de una provocación gratuita, un desconocimiento del medio historietístico que es impropio no ya de un filósofo cercano a la estética proporcionada por la vía lúdica que él ha cultivado, sino impropio también de alguien que declara un amor apasionado por los tebeos… salvo que esa declaración esté justificada tan solo por la nostalgia. 

La provocación gratuita está clara. Alude claramente al merecido éxito que Paco Roca y Rodrigo Terrasa están obteniendo con El abismo del olvido. Ya digo que allá él. No entraré ahora en el desdén que Savater manifiesta por la historia que cuentan Roca y Terrasa en su tebeo. Pero si es cierto que nadie está obligado a que le guste un producto determinado, también es extraño que un filósofo minusvalore concepciones y contenidos de cómics que han surgido después del paraíso de la infancia de Savater y que manifiestan, sobre todo, las enormes potencialidades que entraña un medio tan versátil y rico como el de las viñetas. Esa es la importancia, fundamentalmente estética, de los tebeos. 

Da la sensación de que Savater, aunque diga que recuperó su infancia, no ha salido nunca de ella, al menos en lo que a las viñetas concierne. 


sábado, 23 de marzo de 2024

Charles Burns entre los límites del sueño americano

También es casualidad que los últimos tebeos publicados en español de Charles Burns (n. 1955) y de Jeff Lemire (n. 1976) se titulen en portada de igual modo: Laberintos. Son las cosas de las traducciones, que no siempre son literales. De Charles Burns, el que ahora nos ocupa, acaba de salir en nuestro idioma el tercer volumen de ScreenLaberintos aquí, con el que se cierra una novela gráfica que el autor comenzó a publicar en 2019, seguido del tomo II en 2021 y el tomo III en 2023 (en español, 2022, 2023 y 2024). 


La expresión 'el sueño americano' es escindible en dos apartados: 'el sueño' por un lado, y 'americano' por el otro. Con relación al sueño, está claro que la narrativa gráfica de Charles Burns es cuando menos onírica, sobre todo si adoptamos el sentido de 'sueño' como 'dream'. Sobre la presencia del modelo americano, se aprecia en este autor una insistencia en el ambiente adolescente centrado en los 50', los 60' y los 70' de aquel país (EE. UU.). Con todo, es la técnica del distanciamiento, junto a su tratamiento estilístico, lo que le permite a Burns ser lo suficientemente crítico con las situaciones que expone. 

Siempre podremos preguntarnos si una estética reconocible a través de un estilo individual significa una repetición más o menos vacua. En relación con Charles Burns dejo la pregunta en el aire, aunque sospecho que la respuesta va a ser siempre favorable en este caso al autor. La lista de grandes historietistas y dibujantes de cómic es muy abultada, y Charles Burns se encuentra en esta nómina. En color y en blanco y negro. El estilo, cuando existe, es siempre la singularización de una estética. bien reconocible en tantísimos casos. Burns representa en sus historietas un periodo que si bien está formal e históricamente superado (aunque mantenido por el autor) suministra un espacio que trasciende la circunstancia particular. Este es uno de los tópicos de la historia del arte al que este historietista se atiene. 

En el caso de Charles Burns, los cincuenta, sesenta y setenta del siglo pasado son un marco de referencia estética universal. Es algo que nos agrada, en cuanto va más allá. 


domingo, 10 de marzo de 2024

Vidas cruzadas (11). Cuando París era una fiesta

Pablo Picasso (1905-1906): Retrato de Gertrude Stein

La expresión "generación perdida" se ha convertido en un meme, una especie de gen cultural extendido por innumerables bocas y plumas. Pero hay que matizar. En sentido amplio, lo de 'generación perdida' es un sentimiento tan existencial como universalizable: ¿Quién no lo ha sentido en alguna ocasión? [aquí, por ejemplo]. Pero en sentido estricto, es una locución formulada por Gertrude Stein a su amigo Ernest Hemingway en París: "Sois todos de una generación perdida", refiriéndose al conjunto de escritores y afines de entreguerras hoy conocidos bajo ese membrete. Nótese que Stein no se incluye a sí misma en la locución, pues ella pertenecía a una generación anterior. Y fue Hemingway, sobre todo mediante su libro París era una fiesta, quien popularizó esta frase de la escritora estadounidense, acaso más conocida por otra de sus frases: Rose is a rose is a rose is a rose... además de por sus facetas de coleccionista y mecenas del arte. 


Las italianas Valentina Grande y Eva Rossetti son las responsables de Gertrude Stein y la generación perdida (Gertrude Stein e la generazione perduta), publicado en 2022 en su país y recientemente en español por Liana Editorial (traducido por Inés Sánchez Mesonero). La circunstancia de que Stein fuese un par de décadas mayor que los representantes de la generación perdida a quienes se refirió con su frase, y de que la temporalidad  de esta autora se encontrase más cercana a Henri Matisse y a Pablo Picasso, favorece el que Grande y Rossetti conciban y realicen su tebeo como un reflejo del diálogo entre la pintura y la escritura (aunque sin plantear directamente el problema del paragone o comparación entre estas dos artes hermanas). A pesar de su artificio narrativo, entonces, la gratificación que proporciona este cómic no es tanto narrativa, sino más bien visual y conceptual. Otra gratificación procede del acercamiento al lector de las figuras de Gertrude Stein y de los demás escritores y artistas que aparecen en el libro. 


jueves, 7 de marzo de 2024

La soledad y la pérdida (Daniel Clowes)


Más compleja es la función del duelo en Monica, el tebeo de Daniel Clowes (2023), en el sentido en que da una espesura al relato bien ausente en los cómics referidos en la entrada anterior. Tanto es así, que no solo esta espesura es una marca de fábrica de Clowes, sino que además la soledad y la pérdida caracterizan a los personajes de todas sus obras. 

Cumplen de ese modo, la soledad y la pérdida, una función narrativa de primer orden en las historietas de Clowes, si bien se percibe en este autor una ironía que muestra el distanciamiento característico del segundo grado de la narración, tan común en buena pate del cómic contemporáneo. 


martes, 5 de marzo de 2024

El duelo y la narrativa gráfica


A veces da por pensar, en términos puramente racionales, que la posesión es enemiga de la tranquilidad. Cuanto más involucrados estemos con los adjetivos posesivos en primera persona (mi x, nuestro y, mis x', nuestros y'), más expuestos estaremos a las preocupaciones, accidentes o averías y, en el peor de los casos, a los estropicios. Esto es en principio aplicable a la mera posesión de cosas u objetos, sean estos muebles o inmuebles. El asunto cambia, sin embargo, cuando establecemos lazos íntimos (familiares, de amistad, de cariño o similares) con otros animales humanos o no humanos, a los que por cierto nos referimos usando también los adjetivos posesivos en primera persona: 'mis hijos', 'nuestros nietos', 'mi pareja', 'mi perro', 'nuestro gato'... No se trata en estos casos estrictamente de posesión (como no es tampoco una muestra de posesión, en otro orden de relaciones, cuando alguien dice por ejemplo 'mi abogado'). La pérdida de seres íntimamente queridos puede afectar a la estructura profunda de la personalidad de quienes padecen dicha pérdida, y no solo a su sistema nervioso central. Es así como se instauran los procesos psíquicos de duelo. Esta falta o ausencia provoca una situación que excede la fría lógica del cálculo racional y a la que todos estamos expuestos. 

No es cinismo apreciar que estas situaciones de duelo casan bien con la narrativa, tanto en los casos en que el autor expone su experiencia dolorosa en modo terapéutico, como cuando se utiliza esta vivencia en relatos de pura ficción (aunque también es cierto que no todo el mundo está dispuesto a soportar historias dolientes, sean o no reales). 


                                               
Recientemente han aparecido en el mercado de los cómics dos títulos que tienen en común el hecho de que sus respectivas ficciones se basan en sendos procesos de duelo paterno y materno, respecto a la pérdida de un hijo en un caso y de una hija en el otro. Se trata, por un lado, de La fosa, un relato gráfico de Erik Kriek con tintes lovecraftianos cuyo final resulta de lo más inquietante. Por otro lado, se encuentra Laberintos, de Jeff Lemire, una inteligente historieta de ciudad que tiene en cuenta el hilo de Ariadna para vencer al minotauro. Los dos cómics se levantan sobre el duelo parental. Los dos comparten una agilidad narrativa sustentada en un grafismo dinámico y solvente. Los dos me han hecho pasar buenos ratos y han estimulado mi imaginación, y eso que soy en principio reacio a embarcarme en historias construidas sobre situaciones de duelo por la pérdida de algún hijo. 

Supongo que habrá influido en mi actitud el hecho de que tanto La fosa como Laberintos plantean conflictos ficticios. 


domingo, 25 de febrero de 2024

El valor de los Cuadernos de Cómic

José Luis Munuera

Es como hablar del valor de Les Cahiers de la bande dessinée, pero en castellano. No hace mucho salió a la venta el número 1 de la revista Autores de cómic, correspondiente a Otoño de 2023, y es motivo de celebración. 

Celebración, en primer lugar (sin seguir un orden jerárquico), por la valentía de Isla de Nabumbu, la editorial responsable de la revista, y de su director, Javier Alcázar. En segundo lugar, por la reivindicación de la cultura impresa en papel, a salvo de la dependencia de los dispositivos y, lo que es peor, de apagones telemáticos. Además, es un modo de edición coleccionable, íntimamente conectado con las series de los tebeos. En tercer lugar, por el impulso que esta iniciativa puede dar a la divulgación, pero sobre todo al conocimiento, no solo de los autores de cómic monográficamente considerados en cada número, sino también, a través de ellos, del medio de la historieta, tan desconocido en líneas generales en nuestro país. No es una mala fórmula: uno por uno, repasaremos todo. José Luis Munuera es el autor elegido como centro de este primer número. En cuarto lugar, por las conversaciones que este tipo de publicaciones suscitan. En quinto lugar... 

No obstante, como dijo el filósofo, una golondrina no hace verano. Esta celebración será más rotunda, y así espero que lo sea, si tenemos la oportunidad de alegrarnos por el lanzamiento, pongamos por caso, del número 40 de la revista Autores de cómic

(Continuará)