Salud y tebeos

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(Winsor McCay)

miércoles, 3 de julio de 2024

Una temporada en el infierno (La reina de Babilonia)

Corto Maltés se encuentra en esa zona inveterada, más bien atemporal, que encaja de lleno en el reino de las ensoñaciones míticas. Solo así se entiende la interpretación que Martin Quenehen y Bastien Vivès realizan del héroe antihéroe prattiano. 


La reina de Babilonia es la segunda entrega, tras Océano Negro (2021), que Vivès y Quenehen dedican al marinero Corto (si bien los dos franceses colaboraron también en el tebeo 14 de julio, publicado en 2020). Al territorio mítico que ocupan las aventuras de Corto Maltés, Vivès y Quenehen añaden en La reina de Babilonia otro mito, el de Semíramis, inserto en escenarios infernales del siglo XXI. 


El estilo inconfundible de un maestro de la narrativa visual como es Bastien Vivès encaja a la perfección con las historietas guionizadas por el historiador, productor, locutor y columnista Martin Quenehen. Aquí lo que prospera es una nueva vida para Corto Maltés que no interfiere para nada en la escritura dibujada que diseñó el siglo pasado Hugo Pratt para su marinero y que tan fielmente prolongan los volúmenes realizados por Rubén Pellejero y Juan Díaz Canales. En realidad, no es que no interfiera, sino que amplía el horizonte de sucesos en el cual se va inscribiendo progresivamente el personaje ya mítico creado por Pratt. 


En esta ocasión, Vivès y Quenehen han decidido prescindir de la gorra de Corto, con lo que paradójicamente se enriquece el imaginario que el lector alimenta sobre el personaje. Otro tanto ocurre cuando Vivés lo representa francamente desmejorado, aunque nunca abatido. 


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