En el cómic español de la década de los ochenta pasados no
todo fue postmodernidad y grafismo vanguardista.
A Manfred Sommer (1933-2007) le debemos la creción del
personaje Frank Cappa y su magnífica serie de relatos dibujados.
Frank Cappa, el personaje creado por Manfred Sommer, es un
reportero de guerra. Una amiga suya lo define en una viñeta como una mezcla de
Robert Redford y Charlton Heston. Se lo puede encontrar en conflictos bélicos
en África, en Vietnam, en Nicaragua, en Afganistán. O en ambientes exóticos de
Brasil. Incluso en Utopía, un pueblo canadiense fronterizo con EEUU, donde pasó
su infancia y adolescencia.
Las historias de Frank Cappa pertenecen al género de
aventuras. Sin embargo, a pesar de que la mayoría transcurran en escenarios de
guerra, no se trata de una recreación de las viejas Hazañas Bélicas. Más bien
al contrario.
Manfred Sommer (nacido en San Sebastián de padre alemán y
madre andaluza, criado y educado en Barcelona y fallecido en Cartagena)
perteneció, igual que su amigo Carlos Giménez, a esa generación de niños de la
guerra comprometida acaso más existencial que políticamente. Y como enunció
Jean Paul Sartre, el existencialismo es un humanismo. Hay por tanto humanismo a
raudales en las historias protagonizadas por Cappa escritas y dibujadas por
Sommer.
Este humanismo se refleja no solo en los planteamientos y
desenlaces de los argumentos, sino también en el enfoque de los cuadros, el
realismo de las viñetas, el trazado de los personajes; en definitiva, en la
mirada de Manfred Sommer.
Una mirada renovadora, contemporánea, expresada a través de
un depurado clasicismo formal. Así es la propuesta de Sommer y de su gran
creación, el reportero Frank Cappa.
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