Por cierto, hablando de Alison Bechdel, es muy interesante
la proyección que está teniendo el denominado Test de Bechdel.
Se trata de una especie de examen que aplicándose
inicialmente a películas, pero extendiéndose también a cómics y acaso a otros
productos culturales como obras de teatro, sirve para determinar el grado en
que el discurso femenino está ausente en la mayoría de tales productos. Dicho de otro
modo, el test de Bechdel muestra cómo el discurso masculino es el que impera en
nuestra cultura.
En la tira cómica de Alison Bechdel "The Rule", de
1985, uno de los personajes dice que ella únicamente acepta ver una película si
cumple con los siguientes requisitos:
1.- En la película salen al menos dos personajes femeninos.
2.- Dichos personajes deben hablarse la una a la otra en
algún momento.
3.- Sobre algo que no sea un hombre (no limitado a
relaciones románticas, por ejemplo dos hermanas hablando de su padre no pasa el
test).
Una variante del test exige que, además, las dos mujeres
sean personajes con nombre.
La wiki concluye que estas tres simples reglas, si se
aplicasen a la inversa, es decir, a los hombres, darían como resultado que la
práctica totalidad de las películas estrenadas cumplen el requisito para los
hombres; por el contrario, si se aplica según su diseño original, resulta
sorprendente la cantidad de películas que no pasan el test.
Pero la cosa puede ir más allá de la valoración del discurso de los
cómics, las películas y tal. Al comentarle el Test de Bechdel o "The
Rule" a una muy buena amiga, me confesó que es que ni siquiera en la vida
real casi nunca se pasa ese test. En las conversaciones entre amigas, me decía,
aparecen a menudo -por no decir casi siempre- los maridos, novios,
pretendientes, hijos, padres, etc., como temas de la conversación. Entraríamos
con ello en un ámbito que excede este hilo. Aunque queda clara la potencialidad
de los cómics para suscitar debates e incidir en la vida real.
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