A R. Crumb se le pueden aplicar muchos calificativos, salvo
el de pesimista. Pese a la atmósfera tenebrosa que se respira en Crumb,
el filme de Zwigoff, lo cierto es que los dibujos e historietas de este autor
conectan con el espíritu del tebeo tradicional, en el que un cierto sentido del
humor es omnipresente y acompaña por tanto a las situaciones más disparatadas.
Crumb se ríe de sí mismo, de una imagen que él tiene de sí y
hace gracia. Puede que su risa sea risa terapéutica, para no volverse loco.
Pero eso al lector le da igual. Los complejos y fantasmas de Crumb son cosa
suya. Lo que nos importa es su arte.
La cara más dulce de R. Crumb (The Sweeter Side of
R. Crumb, 2010) es un libro de estampas (retratos, paisajes, dibujos) que
trata de mostrar "el lado
amable" de Robert Crumb. Es una recopilación de ilustraciones que abarcan
décadas, lo que prueba que ese talante dulce de Crumb ha estado siempre
consigo. Así lo expresa el autor en la Introducción del libro.
Esta Introducción sigue siendo un texto confesional. En esa
página Crumb declara concluido su largo proceso de autoconocimiento. Dice que
ha vaciado su yo en sus obras y justifica sus destarifos visuales y temáticos
del pasado apelando a su consumo de drogas. Poco menos que llega a pedir
perdón. También considera que el yo que ha transmitido en su obra es un yo de
tebeo, diferente del Robert Crumb real, siendo mucho más amable y tierno este
que el otro.
Lo importante, insisto, con todo, es la narratividad de los
dibujos de Crumb.
En lo que se refiere al optimismo, la historia de Keep on Truckin' es un prueba de que el espíritu alegre y optimista ha estado presente en Crumb desde sus comienzos como artista gráfico. La página es de 1968.
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