Decía en mi entrada anterior que Michael Chabon (n. 1963), en Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay, utiliza la historia del cómic como trasfondo de su novela. En este sentido, y sin necesidad de destripar la historia, hay en el relato una secuencia, por así decir, en la que los socios Sammy (guionista) y Joseph (dibujante), junto con Rosa y Bacon, asisten a una proyección, tal vez la première, de Citizen Kane, película de Orson Welles estrenada en 1941. La consecuencia de esta experiencia cinematográfica fue que "El Asombroso Cavalieri iba a liberarse para siempre de las nueve viñetas" (en referencia al dibujante Joe Kavalieri). Es más:
"Ciudadano Kane representaba, más que ninguna otra película que hubiera visto Joe, la fusión total de imagen y relato que era ―¿acaso Sammy no lo veía?― el principio fundamental de la narración en el cómic, y el núcleo irreductible de su asociación. [...] En aquel sentido crucial ―su fusión inextricable de imagen y relato― Ciudadano Kane era como un cómic".
Sin abandonar el relato de Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay, pues no se trata ahora de enredarnos con la cuestión de las relaciones entre cine y cómic, vemos que, en el último tramo de la novela, Joe Kavalier pone en práctica sus nuevas concepciones del cómic mediante su inmensa novela gráfica acerca de El Golem.
Muchos otros temas y subtemas sostienen la novela de Chabon. Pero como este es un blog que se centra en el cómic, lo dejaremos de momento aquí. Aunque nunca se sabe.