Parece que va a seguir la serie de Corto Maltés, allí donde lo dejó Hugo Pratt:
Imagino que los royalties o derechos de propiedad de
Corto Maltés serán sustanciosos. Allá por los años noventa, Hugo Pratt
declaraba que se vendían al año unos cuatrocientos mil álbumes de su marinero
errante. Y siendo eso así, las editoriales responsables del proyecto de continuación de la serie habrán tenido que llegar a acuerdos con los herederos de Pratt o con quienes
sean los titulares de esos derechos. Son tres editoriales muy vinculadas a las
publicaciones de Pratt en vida de este.
En casos como el que comentamos, los acuerdos no suelen
limitarse a la parte crematística. Puede ocurrir que los propietarios de
"la marca" exijan unas condiciones de calidad a quienes piensan
explotar o continuar esa marca. En cuyo caso podrían incluso revocar la
concesión si el resultado no fuese de su agrado. Siempre, claro está, que no
vendan la propiedad de esos derechos. Todo depende de los términos del
contrato. Aunque todo esto que digo es una especulación.
Por el lado artístico, en principio el proyecto parece estar
en buenas manos. Juan Díaz Canales es el guionista de Blacksad. Y Rubén
Pellejero es el dibujante de Dieter Lumpen, nombre de una serie y de un
personaje que siempre al lector le recuerdan a Corto Maltés.
Esta es una muestra del arte de Pellejero en la primera
página de la última de las aventuras de Dieter Lumpen, El precio de Caronte (1994):
Con lo cual, no me extrañaría que no haya polémica, salvo en el caso de los nostálgicos. El mercado y el arte continúan,
son las dos vertientes de los cómics. Y además, hay ejemplos de historietas
continuadas por otros. Sin ir más lejos, en el mundo de los superhéroes
americanos, tipo Marvel y DC, los personajes acaban siendo franquicias en manos
de sucesivos guionistas y artistas.
Y en el ámbito europeo, Corto Maltés viene a ser una suerte
de imagen superheroica. Los nuevos lectores que se incorporen sabrán
descubrirlo.
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