Salud y tebeos

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Mantened los ojos bien abiertos.
(Winsor McCay)

viernes, 28 de febrero de 2014

Malas ventas


Malas ventas (1996-2001) es un novelón en sentido lato. A lo largo de sus varios cientos de páginas (el volumen en castellano las trae sin numerar), Alex Robinson (n. 1969) teje una trama sencilla en su planteamiento -pero compleja en su realización- en la que el lector se sumerge un poco a la manera en que lo hace ante los tochos elegidos para distraer las vacaciones de verano.


Lo primero que a uno le parece mientras lee Malas ventas es que está ante una sitcom o comedia de situaciones (o de costumbres, en castizo español) al estilo de la serie televisiva Friends, ya que pueden establecerse entre ambos productos varias similitudes: vivienda compartida por jóvenes veinteañeros blancos de clase media en la ciudad de Nueva York durante los noventa pasados y confluencia o sucesión de diferentes arcos narrativos que involucran a unos u otros personajes según episodios. Y así es, sin duda. Pero solo en parte. En la parte que atañe en concreto al momento de la fruición del lector. Pues es tal la precisión de Alex Robinson al definir y dibujar a sus protagonistas, al encuadrarlos en sus escenarios y al construir sus diálogos, que uno acaba por familiarizarse con los contenidos de esta novela como si de una serie de televisión se tratase.

No obstante, Malas ventas va un poco más allá. A diferencia de lo que ocurre en las sitcoms juveniles noventeras -ausencia de risas enlatadas aparte-, lo que Robinson entrelaza en esta obra es el desarrollo de unos personajes en un momento clave de la vida de estos. No parece que estemos ante una mera comedia de entretenimiento, donde el paso dramático del tiempo apenas se nota. Y es el mismo Robinson quien nos deja vislumbrar su propósito cuando en una página leemos el siguiente diálogo entre Ed y Sherman, los dos personajes centrales de la novela. En efecto, al salir de un cine, Ed comenta:

--Oh, vamos, no ha estado tan mal. Esperabas demasiado.

A lo que Sherman responde:

--Sí. Tengo la extraña idea de que las pelis deberían tener tonterías como argumento y desarrollo de personajes.


Uno de los arcos narrativos principales de Malas ventas tiene que ver con la historia del cómic como medio. Mediante una acertada guionización actual, Alex Robinson  saca a la luz la injusticia de las grandes editoriales que en la denominada Edad de Oro (1938-1945 o tal vez 1954) se apropiaban por contrato de los personajes e historietas de aquellos dibujantes y guionistas que cobraban a tanto por página y quedaban sin derecho a participar de los jugosos royalties de sus creaciones. Es la historia, sin ir más lejos, de Jerry Siegel y Joe Shuster, quienes en 1938 vendieron a Detective Comics, Inc. (la poderosa DC) trece páginas, a razón de diez dólares cada una, con una historieta protagonizada por un superhéroe llamado Superman. Todo un caso de enriquecimiento injusto y no solo a los ojos de hoy.

La presencia del cómic como medio en un cómic es muy del momento al que corresponde Malas ventas. Otros son también los aciertos gráficos y narrativos de esta más que aceptable novela gráfica coral de Alex Robinson.

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