En principio no me interesan las adaptaciones a cómic de obras
literarias previas. Cada cosa es cada cosa y cada una tiene su arte. Lo mismo
podría decir de las adaptaciones cinematográficas de novelas y cuentos, aunque
en este caso la transposición de un arte a otro es más radical y por ello puede
ofrecer mayores posibilidades. El cine es un medio caliente a diferencia de la
literatura, que al igual que el cómic es un medio frío.
Sin embargo, debo reconocer que la versión tebeística de
À la recherche du temps perdu me está interesando, a modo curioso, aunque solo sea por lo desmesurado del empeño.
Y es que buena parte del interés de esta adaptación reside precisamente en la
osadía de su pretensión. La monumental novela de Marcel Proust, dividida en siete
volúmenes -cada uno de ellos con su respectivo título-, parecería imposible de
ser trasladada al lenguaje figurativo y narrativo específico de los cómics. No
obstante, ahí está el trabajo de Stéphane Heuet y su proyectada versión en
bande dessinée (BD) de En busca del tiempo perdido.
Heuet ha anunciado su personal Recherche distribuida
en doce álbumes. De momento ha publicado cinco. El primero, "Combray",
corresponde a la primera parte del primer volumen de Proust: Por el camino
de Swan. Los dos siguientes álbumes de Heuet son la versión dibujada del
segundo volumen de Proust: A la sombra de las muchachas en flor. Los dos
restantes libros del historietista francés publicados están dedicados a "Un amor de
Swan", segunda parte del primer volumen original de Proust. Estos dos
últimos libros en cómic no han sido todavía editados en español.
Debo decir que a mí no me encajan los números. Si hasta
ahora Heuet ha necesitado cinco álbumes para transponer los dos primeros
volúmenes de À la recherche du temps perdu, y piensa concluir su
proyecto en doce libros, le quedan solo siete para los cinco restantes de la
novela, teniendo en cuenta que aún queda mucha historia y mucho texto por
delante.
La recepción del trabajo de Stéphane Heuet está siendo
ambivalente y diversa. Hay quien se ha escandalizado: Proust en cómic, hasta
dónde vamos a llegar. Pero hay también muy buenas acogidas, sobre todo en
Francia. Sociedades y clubes de amigos de la obra de Proust han dado su
beneplácito a lo que va saliendo. Y muchos profesores de literatura de allí
recomiendan a sus alumnos esta forma de acercarse a una de las más importantes
novelas en lengua francesa.
Leer íntegramente los siete volúmenes -unas tres mil
páginas- que conforman la novela En busca del tiempo perdido, de Marcel
Proust, es una experiencia estética e intelectual de las más intensas y
duraderas de las que cabe gozar en los tiempos que corren. Los lectores que se
quedan en el primer tomo a la altura de lo de la magdalena o como mucho
terminan el segundo, no saben lo que se pierden. Y los que ni siquiera la
empiezan, pues bueno, tal vez no serán tan lectores.
Desde luego, lo que dificulta el acceso a la lectura de la
Recherche no es la extensión de la obra. Novelones de actualidad como
Los hijos de la tierra, por citar uno solo, superan con mucho su número
de páginas.
El quid del asunto se encuentra en la misma escritura de
Proust.
La morosidad descriptiva y narrativa, el alcance de sus
puntos de vista psicológicos, la mordacidad e ironía que salpican la obra, los
comentarios culturalistas y artísticos que la aderezan, la longitud desmesurada
y la sintaxis compleja de muchas de sus frases, la expresión a cielo abierto de
tantas intimidades, el monólogo interior, la ocasional procacidad encubierta,
la extrema agudeza en la caracterización sutil y a menudo mordiente de los
personajes, en fin, la calidad de una prosa que muestra que la poesía no
siempre se escribe en verso... todo ello supone una especie de barrera para el
disfrute universal de esta novela. Sin embargo, superar esa barrera comporta,
como digo antes, unos beneficios intelectuales y estéticos de primer
orden.
Es indudable que una versión en cómic de En busca del
tiempo perdido no puede transponer en imágenes, cartuchos y bocadillos la
riqueza de la prosa de Proust. (Curiosamente, dos críticas que se le hacen al
empeño de Heuet son, por un lado, que recorta demasiadas frases dejando poco
texto; pero, por otro lado, la inversa: que tiene demasiado texto. Acabáramos.)
Sí que puede, en cambio, representar los escenarios y
ambientes preciosistas de aquella Francia de la Belle Époque que culminó
con la primera guerra mundial y en la cual se desarrolla la obra. Puede también
sintetizar los hechos principales y presentar ordenadamente a los
personajes con sus relaciones mutuas.
Puede clarificar algunos aspectos enmarañados de la historia que se cuenta. Y
puede, lo más difícil de todo, conservar y transmitir el espíritu y la
atmósfera que destilan las páginas de Proust.
Todo eso, en mi opinión, lo consigue Stéphane Heuet con sus
dibujos fieles a la tradición de la línea clara francesa. Hay en el trasfondo
de su proyecto un inmenso y laborioso trabajo de documentación y de fidelidad
estilística respecto a la plasmación formal de la historia. Y hay, en
definitiva, una recreación del espíritu proustiano de la que el lector
participa, en la medida de lo posible y con todo el esquematismo que se quiera.
Así se demuestra una vez más que el cómic se merece por sí
mismo en ocasiones que no son pocas el título de noveno arte.
Sería lamentable que Heuet, como tantísimos lectores que
abandonan la lectura de Proust, no pasara de "A la sombra de las muchachas
en flor", el segundo volumen de À la recherche du temps pedu.
Esperemos que no sea ese su caso y termine la empresa de ofrecernos la obra
completa.
Y para redondear la cuestión, si Heuet culmina su plan,
esperemos también que podamos disfrutar de la edición completa en español de
esta versión ilustrada de En busca del tiempo perdido.
26.07.2013
Siete años después de su aparición original en francés, ya
tenemos disponible en español el cuarto tomo de la transcripción a tebeo de
En busca del tiempo perdido, de Proust, realizada por Stéphane Heuet.
Este álbum corresponde a más o menos la mitad de la segunda
parte del primer libro de la novela de Proust: Por el camino de Swan;
una parte cuyo título es Un amor de Swan. En su versión en cómic, Heuet
ha dedicado dos álbumes a esta segunda parte. Y así, lo que tenemos ahora entre
manos es el primer volumen de eso, Un amor de Swan.
Podemos suponer que la edición en español de este primer
volumen irá seguida del consiguiente segundo álbum. En Francia, esta versión
tebeística de Un amor de Swan realizada por Stéphane Heuet la publicaron
en un cofre (coffret) que incluye los dos volúmenes.
31.07.2013
Por lo que vamos viendo y leyendo, los álbumes de Stéphane
Heuet ilustran detalladamente los escenarios de la Recherche de Proust.
El preciosismo de las viñetas de Heuet dibuja el preciosismo de los ambientes
de la narración proustiana.
La cuestión es si esta versión en bande dessinée de
En busca del tiempo perdido de Proust, realizada por Stéphane Heuet,
alcanza a transponer cabalmente al lenguaje del cómic tanto el latido del
narrador como el fluir de los acontecimientos que atraviesan À la recherche
du temps perdu.
Además, esta cuestión apunta una inquietante posibilidad,
más allá de la pertinencia o no del trabajo de Heuet:
¿Es posible expresar a la manera de Proust las vicisitudes
de un narrador que cuenta sus historias con viñetas y palabras aunque ajenas al
universo figurativo proustiano? Más sencillamente, ¿se puede emular a Proust
con el soporte gráfico y visual específico de los cómics?
Y es aquí, al hilo de estas preguntas, donde ubicaría yo el
valor como historietista del estadounidense Chris Ware (n. 1967):
Al menos, este tipo de cuestiones -entre otras muchas- son
las que me ha inspirado la lectura de Jimmy Corrigan, el chico más listo del
mundo.
11.08.2013
Lo que son las cosas. En el contexto de un debate acerca de las relaciones entre el cómic y la
literatura, leo para mi sorpresa un párrafo de Óscar Palmer que coincide con lo
que yo intentaba apuntar arriba:
"¿Quiere esto decir que los cómics deberían renunciar a
ser literarios o a dejarse influir por la literatura? Ni mucho menos.
Simplemente indica que deberían acudir al fondo en lugar de a la forma y
replicar dicho fondo mediante formas propias e intrínsecas al cómic. Por
utilizar el ejemplo más sangrante y evidente, sea de forma consciente o no,
obras como 'Jimmy Corrigan' y 'Building Stories', de Chris Ware,
tienen ya de por sí una relación mucho más estrecha con Proust, con su forma
morosa y detallada de concebir y plasmar la memoria y los efectos laberínticos
del tiempo, de lo que jamás podrá hacerlo la adaptación a la historieta que de 'En busca del tiempo perdido' viene realizando desde hace años Stéphane
Heuet, condenada de antemano a ser un triste émulo de una obra mayor."
[Óscar Palmer: "La escena del crimen. Nuevas
aproximaciones al género negro norteamericano". En Santiago García
(coord.): Supercómic. Mutaciones de la novela gráfica contemporánea.
Madrid, Errata naturae, 2013, p. 209. El subrayado es mío.]
13.11.2019
Hoy mismo, leyendo Rusty Brown, de Chris Ware, me he tropezado con estas viñetas:
13.11.2019
Hoy mismo, leyendo Rusty Brown, de Chris Ware, me he tropezado con estas viñetas:
(Continuará)
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