El personaje central de la obra es uno de los filósofos más
interesantes y completos del siglo XX: Bertrand Russell.
Pero Logicomix no es una biografía completa de
Russell, que vivió casi cien años. El libro contiene, con todo, importantes
elementos biográficos del filósofo británico. En especial referidos a las
primeras décadas de su vida.
De un modo más que llamativo, Logicomix consigue
introducir al lector en un asunto especializado: el llamado "el problema
fundacional" de las matemáticas, esto es, el problema de encontrar un
fundamento lógico para la aritmética y, a partir de ella, para el entero
edificio de la matemática. Se trata de un episodio intelectual que se inicia
con la aparición de la nueva lógica de Boole y con los planteamientos
logicistas de Frege. Toda una aventura del pensamiento que se vio alterada de
raíz cuando Russell descubrió su famosa paradoja concerniente a las clases que
se autoincluyen.
No es plan de detallar aquí ahora el meollo del asunto. Lo
que les garantizo es que si acometen la lectura de Logicomix no se verán
defraudados ni se sentirán impotentes ante su comprensión. Eso sí, verán
desfilar por la obra a grandes pensadores, excéntricos en algunos casos, sin
los cuales hoy posiblemente no estaríamos comunicándonos con nuestros
ordenadores y a través de internet.
Además de su interés por la lógica matemática, y tras dejar
en cierto modo en segundo plano ese interés, Bertrand Russell fue un filósofo
comprometido con causas variadas: el pacifismo, la educación... aparte de otras
materias filosóficas. Así, la explicación de la historia de Logicomix corre a cargo de un Russell dando una conferencia en EEUU al comienzo de la II
guerra mundial y acerca de la lógica aplicada a los asuntos humanos.
Conseguir presentar en un cómic una historia tan abstrusa
con garantías de éxito depende totalmente del arte de la composición de sus
autores. De hecho, el artífice principal del relato, el griego Apostolos
Doxiadis, ya consiguió hace unos años entusiasmar a muchísimos lectores con una
novela referida a un problema matemático: El tío Petros y la conjetura de
Goldbach.
Y es que el progreso de la educación para todos conlleva que
fenómenos como el que comentamos no caigan en saco roto. Presentar lúdicamente
materias abstractas que son comprendidas por muchos va siendo usual en nuestras
sociedades postilustradas.
Pero no todo en Logicomix es historia de la lógica.
Hay también una incursión de la perspectiva de los autores
del libro en lo que nos cuentan.
Y lo hacen a través del procedimiento de la autorreferencia;
un recurso, ya vimos, poco menos que constante en el historietismo actual.
(Que por cierto, esto de la autorreferencia por parte de los
narradores de Logicomix casa muy bien con el núcleo del problema
fundacional tal y como fue revelado por la paradoja de Russell.)
En Logicomix aparecen los autores de la obra en
Atenas, su ciudad, mientras debaten acerca del libro que están escribiendo. Nos
acercan así a su propio mundo en su propio ambiente.
Una de las claves del libro, sobre el cual se centran sus
guionistas, es el tema: "Lógica deriva de locura".
El fantasma de la locura como fundamento de la búsqueda de
la certeza matemática y lógica.
Y bueno, para terminar, diremos que la incursión de los
autores de Logicomix en el contenido de la historia que cuentan, la
hacen a través de una representación actual de La Orestiada de Esquilo en la
Atenas contemporánea.
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