Los tebeos españoles de nuestra infancia estaban llenos de
familias; la familia tal, la familia cual. El paradigma de todas ellas era "La familia Ulises", del TBO. Eran tiempos en los que
la familia, junto con el municipio y el sindicato, llenaban los tres tercios de
aquella autodenominada democracia orgánica. En fin, los tebeos como reflejo de la época en que
se producen.
El naturalismo de los Ulises desapareció en las otras familias
de la editorial competidora del TBO, la editorial Bruguera y sus Pulgarcito, DDT, Can Can, etc. En esos tebeos publicaban Vázquez, Ibáñez, Escobar,
Peñarroya y otros, cada uno de ellos con sus correspondientes familias.
De Manuel Vázquez, La familia Cebolleta forma parte del imaginario
colectivo. En particular, el abuelo Cebolleta, que ya es un lugar común en
conversaciones cotidianas.
De Vázquez también fue notorio en aquellos tebeos, además de "La familia Cebolleta", otro singular clan de este autor, el de "La familia Churumbel":
Los Churumbel eran una familia de gitanos cuyo principal
negocio consistía en afanar. Hablaban un lenguaje propio. Es normal que en un
momento dado la serie fuera suprimida por los tintes racistas que pudiera
contener. Censurada antes de la moda de lo políticamente correcto, cabe decir.
No sé si la costumbre actual de referirse a los niños de uno
como los churumbeles guarda relación con los personajes de la serie de Vázquez.
En todo caso, dichos personajes permanecen en la retina de los de mi
generación.
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