Salud y tebeos

Salud y tebeos
Mantened los ojos bien abiertos.
(Winsor McCay)

domingo, 27 de octubre de 2024

Paramos todo, reflexionamos y no es triste


Este es el lema que condensa la propuesta de Gébé (Georges Blondeaux) en L'An 01: "Paramos todo, reflexionamos y no es triste" ("On arrête tout, on réfléchit et c'est pas triste"). 

Se trata de una utopía, una rebelión no violenta, más que de una revolución. 

Sin dolor. Consiste en dar no un paso adelante o atrás, sino “un paso al costado” (“un pas de côté"). 


Sustituir la lucha por la kermesse

Suprimida la alienación (el trabajo alienante), ya no es necesaria la ficción entendida como evasión. 

Lo curioso es que la serie de cómic la inició Gébé en 1970 y la adaptación cinematográfica se estrenó en 1973. Es post-68. Como dice el autor: «La imaginación que llama a las armas o que llama al orden es una impostura. La imaginación llama a la imaginación». 

Y es también anterior a la crisis iniciada el mismo 1973. 


Cada vez está más claro que es pura poesía gráfica, ya que la historia ―a fecha de hoy― no va por ahí. 


lunes, 21 de octubre de 2024

Che Guevara y Eva Duarte

A veces oscilamos entre si la historia la hacen personas de carne y hueso ―agentes individuales movidos por impulsos desatados por otros agentes o por ellos mismos, o así―, o si más bien el sujeto de la historia son las estructuras (económicas, políticas, culturales, sociales) en las que nos hallamos inmersos y nos determinan. Otras veces suponemos una solución entre ambos extremos: las estructuras condicionan pero no determinan (es el punto de vista aceptado por el derecho, la religión, las filosofías de la libertad y tal vez la concepción heredada). Cada opción de estas tres tiene sus problemas, pero ahora simplemente quiero referirme a la primera de ellas, por cuanto conlleva el peligro de la hagiografía. 


Es este el mayor peligro, el de la hagiografía, al que se enfrentan los dos cómics: Che. Vida de Ernesto Che Guevara, por un lado, y Evita. Vida y obra de Eva Perón, por el otro lado, reunidos en un solo volumen de reciente aparición (Reservoir Books). La autoría de ambas historietas se debe nada menos que a Héctor Germán Oesterheld, al guion, y los dos Breccia (padre e hijo), Alberto y Enrique, al dibujo. De los avatares editoriales que afectaron a la publicación de ambos cómics, uno de 1968 y el otro de 1970, dan cuenta sendas notas editoriales que aparecen cada una al final de las respectivas semblanzas reunidas en el libro. 


La épica lírica de Oesterheld, junto al expresionismo y el realismo ―ambos fantasmáticos― de Alberto y de Enrique Breccia (por ese orden), más la magnífica utilización del blanco y negro que efectúan ambos, más todo lo que pone el lector cada vez que actualiza la obra, más un mínimo sentido de la historia, etcétera, convierten el cómic sobre Che Guevara en una obra de arte furiosa y afirmativa, con anclaje tanto histórico como actual. 


Diferente es el asunto de Evita. Vida y obra de Eva Perón. A primera vista puede espantar la cantidad de texto escrito en relación con las imágenes dibujadas. Pero esto es solo una primera impresión. La lectura deviene inmersiva a partir de la primera viñeta, y no se abandona hasta el final. Aquí los autores parece que han optado más por el cómic reportaje, o el cómic documental. Prevalece el relato periodístico, pero siempre con la épica subyacente al trabajo de Oesterheld-Breccia. Emociona igual que la historieta anterior (la del Che), aunque de otra manera. 


Puesto que todavía circula por ahí una edición de 2008 de Vida del Chela gran novedad ahora es poder disponer de Evita, la vida en cómic de Eva Duarte ―una desconocida para tantísima gente―, con la garantía y el arte de  Oesterheld-Breccia. 


miércoles, 9 de octubre de 2024

Los dos infinitos de Craig Thompson

Página de Raíces de Ginseng

Como Pascal, Craig Thompson se encuentra en el laberinto de dos infinitos: el del cielo y el del suelo. Son dos infinitos que remiten a la infancia del dibujante (Raíces de Ginseng) y a sus padres (Blankets). 

Pero, a diferencia del francés, Thompson no parece caer en la trampa de la apuesta. Se conforma con la inmanencia existencial de su propia vida y la de sus seres queridos. 

No obstante, sus tres grandes novelas gráficas (las dos citadas más Habibi) rezuman la infinitud que apunta a la trascendencia. 

(Sorprenden, por cierto, tanto la calidad del dibujo como el abigarramiento gráfico ―visual y textual― de Raíces de Ginseng, expresión este último de una especie de horror vacui o miedo al vacío. 
Sorprenden, sobre todo, si se ponen en relación con la enfermedad en las manos de Thompson y si se piensa, por otra parte, en los vínculos que haya entre el vacío y la infinitud.)