Leyendo Hombres del mañana se me ocurre que el sol de Carlos Giménez en Paracuellos:
es el mismo que el de Keiji Nakazawa en Pies descalzos:
Es en ambos casos el sol inclemente de la brutalidad. Y cumple una función parecida en los relatos de los dos autores.
El sol mesetario de los falangistas Hogares de Auxilio Social es igual que el sol de la devastada Hiroshima, en efecto, no solo en el sentido trivial de que el Sol es el mismo astro en Oriente y en Occidente. El caso es que aunque Giménez y Nakazawa utilizan el sol en sus tebeos como viñetas de transición, lo emplean también como un sugerente recurso gráfico.
Pues es también un sol que ilumina y alienta.
El sol mesetario de los falangistas Hogares de Auxilio Social es igual que el sol de la devastada Hiroshima, en efecto, no solo en el sentido trivial de que el Sol es el mismo astro en Oriente y en Occidente. El caso es que aunque Giménez y Nakazawa utilizan el sol en sus tebeos como viñetas de transición, lo emplean también como un sugerente recurso gráfico.
Pues es también un sol que ilumina y alienta.
Son varias las similitudes presentes al cotejar Paracuellos y Pies descalzos. Sus respectivos autores, Carlos Giménez (n. 1941) y Keiji Nakazawa (1939-2012), son dos historietistas de la primera generación de postguerra, surgida en las inmediaciones de la guerra del 36-39 y de la II GM. Es la generación, no paramos de decirlo, que reaccionó al horror bélico y postbélico mediante una muy seria renovación de las artes y, correlativamente, de las percepciones y comportamientos sociales (o al revés). El cómic, como el rock and roll y demás formas pop, fue la respuesta al horror de aquellos niños de guerra y postguerra. Y es innegable que entre lo mejor de estas formas a que aludo se encuentra ese anhelo de entusiasmo y de vida que resume la fórmula de John Lennon (otro niño de la guerra): Dale una oportunidad a la paz.
Nakazawa sobrevivió a La Bomba y creó un relato que a pesar de su crudeza conmueve sin caer en el sentimentalismo. Exactamente igual que Giménez, que sobrevivió a su dura experiencia en el primer franquismo y ha sabido convertir sus vivencias en uno de los hitos de la historia del tebeo, también conmoviendo y con una emoción que es ajena a la vacuidad de los sentimientos enfáticos.
Hay también similitudes gráficas entre el arte de Giménez y el de Nakazawa. Se perciben parecidos respecto al trazo, el dibujo, la línea, la gestualidad de los personajes...
He intentado sintetizar los parecidos artísticos y morales entre ambos autores, en fin, mediante la figura del Sol, que es el mismo a fin de cuentas para todos.
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