La tinta de Spiegelman
“Spiegel” significa espejo en alemán y “man” hombre en
inglés, así que al genial dibujante que revolucionó el mundo de la ilustración
y es el padre de la novela gráfica con su monumental 'Maus' ganadora de un
Pulitzer, le gusta decir que su apellido es un co-mix de dos idiomas que
forman una frase: El arte refleja al hombre. Sin lugar a dudas éste ha
sido su caso, (…)
En realidad, para obtener la frase: "El arte refleja al
hombre" no basta con el apellido "Spiegelman". Hay que añadir el
nombre "Art": "Art Spiegelman".
(el) Arte (es el) Espejo (del) Hombre.
22.12.2013
"Art Spiegelman", entonces: "El arte refleja
al hombre".
Se dirá que no existe el hombre universal (l'uomo
universale), que lo que existen son los hombres particulares. De acuerdo.
Pero también se dirá que un particular es humano si incorpora y transmite
cualidades del predicado universal
"Ser humano".
Hay arte si hay artificio y hallazgo; ambas cosas ha de
haber, entreveradas. Cuando lo que cuenta un artista es material
autobiográfico, habrá arte si además de contener hallazgo y artificio, esa biografía
particular del autor conecta con rasgos humanos -universales- que son
compartidos por quien los percibe.
Breakdowns (1978), de Art Spiegelman, es una
colección de tiras o historietas en parte autobiográficas previamente
publicadas en revistas underground durante los setenta pasados. En ellas,
Spiegelman experimenta con las posibilidades del medio, del cómic, explotando
un doble significado del término "breakdown": como desglose del
espacio y como ruptura psíquica.
El libro contiene dos de los más celebrados relatos, todavía
breves, del Spiegelman de la época: "Prisionero en el planeta
Infierno", cuatro páginas de expresionismo puro y "Maus", primera versión en tres
páginas de lo que sería después la exitosa novela gráfica en dos partes que
suman casi trescientas páginas.
Otras historietas completan esta selección del Spiegelman
underground.
Nuevas ediciones de Breakdowns entre 2005 y 2008
incorporaron el "Retrato del artista como un joven %@…!", que es un
autorrelato en viñetas de los años de formación de Spiegelman como autor de
cómics. También se añadió un "Epílogo", en el que igualmente
Spiegelman clarifica lo que supusieron aquellos años en su formación.
24.12.2013
En "Retrato del artista como un joven %@…!", Art
Spiegelman escribe en una viñeta:
No suelo confundir el arte con la terapia (crear arte es
más barato), pero estaba convencido de que "Planeta Infierno" me
había ayudado a superar el suicidio de Anja...
El asunto es que la madre de Spiegelman se suicidó en 1968 y
él creó una historieta en cuatro páginas: "Prisionero en el Planeta
Infierno", que posteriormente incluiría en la primera parte de
Maus.
Es decir, el valor del arte como conjuro y sí, como terapia
que veíamos en el Spiegelman de Sin la sombra de las Torres es una
constante en la carrera de este autor.
Otra historieta recogida en Breakdowns: "Ace
Hole, detective enano" es, además de una revisitación del género
noir, una curiosa experimentación à la Picasso, pintor del que
Spiegelman versionea en esta historieta algunas de sus imágenes y algunas de
sus frases, como la siguiente:
"Los aristas somos indestructibles...
...incluso estando en una cárcel o en un campo de
concentración, sería todopoderoso en mi mundo artístico...
...aunque tuviera que pintar mis cuadros con la lengua en el
suelo de mi celda..."
Es el arte vivido como fortaleza y refugio.
Finalmente, el siguiente texto de Spiegelman, vertido en
otras tantas viñetas de "Retrato del artista como un joven %@…!", expone
cabalmente esta concepción del arte -el noveno arte, en el caso de este autor-
como medio de salvación personal. Sobra cualquier comentario:
Forjados en un crisol de humillación y traumas, los
dibujantes se hacen, no nacen...
El joven inadaptado debe evadirse en la fantasía y/o
desarrollar un enrarecido sentido del humor para sobrevivir.
Para un niño en la Norteamérica de los cincuenta, el béisbol
no era opcional...
...y ser un inepto garantizaba un puesto en la jerarquía
social todavía más bajo que el de una chica.
El aburrimiento minaba el temor a que me llegara una bola.
Así que solía tener un tebeo a mano.
Cualquier cómic servía, menos los de 3-D,
Pues estoy prácticamente ciego del ojo izquierdo.
La ambliopía, el "ojo vago", volvía mi mundo
bidimensional.
Así que confundir los cómics en dos dimensiones con la
realidad es algo natural para mí.
Empecé a esconderme en la biblioteca después de clase para
evitar mayor ignominia...
Y descubrí que seguramente a Kafka también se le daba mal el
béisbol.
Spiegelman sin complejos. El arte digerido y metabolizado.
El arte en las venas.
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