En 1979, un año después de que Will Eisner publicara Contrato con Dios, sacó a la luz Signal from Space, título inicial que fue cambiado por el ya definitivo Life on another planet, traducido aquí como Vida en otro planeta.
La cuestión de si Eisner fue o no el creador de la novela
gráfica es un tema controvertido. Hay incluso alguna opinión que apunta la idea
de que, sea o no sea original de Eisner la unión de esas dos palabras, la
primera novela gráfica en sentido pleno del autor neoyorquino no habría sido
Contrato con Dios, sino precisamente Vida en otro planeta.
Discusiones son estas no del todo bizantinas, pero en todo caso sí que son
específicas de los muy interesados en la historia del arte de la historieta, el
noveno arte.
Bajo la apariencia de un relato de ficción científica,
Eisner nos presenta en Vida en otro planeta un tablado en el que
financieros, políticos, científicos, fanáticos, mafiosos, frustrados, espías y
hasta un reconocible dictador africano entrecruzan sus vidas movidos por el
afán de poder, la ambición, el deseo, la insatisfacción y, en algún caso, la
buena voluntad.
El contexto histórico de este cómic es los finales de los
'70, cuando EEUU y la URSS se disputaban la hegemonía mundial pasando por la
carrera espacial. Un terreno abonado para las fábulas sociopolíticas trufadas
de espías.
No obstante, casi todo lo que aparece en el libro tiene
plena actualidad. Por ejemplo, en una de las viñetas el presidente de una
corporación económica multinacional dice:
"Harley, ¿tengo que recordarle que la corporación es un
gobierno en sí misma?... Mediante nuestras sucursales influimos en la vida
económica de 15 naciones... ¡Eso supone una gran responsabilidad para nosotros,
y por eso estamos por encima de la política de cualquier país!"
De estar desfasado lo que dice ese personaje, únicamente lo
sería en cuanto al número de países influenciados por la corporación en
cuestión.
Vida en otro planeta engancha desde el comienzo. La
narración entraña una complejidad de situaciones y de personajes que solo la
habilidad de Eisner podía presentar con tal maestría y aparente simplicidad.
Las innovaciones formales dan pie al repaso de las inclinaciones humanas. Una
muestra más del talento de Will Eisner.
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