La historia que narra Alan Moore en From Hell está
escrita con un gran rigor documental. Hay un importante substrato de textos que
apoyan lo que ahí se cuenta. Y de hecho, en el Apéndice I del libro Moore
detalla con minuciosidad en qué documentos se basan muchas de las viñetas de la
obra, señalando a la vez qué partes son deducidas por él o simplemente
inventadas.
Más en concreto, la trama argumental de From Hell ilustra la hipótesis establecida por Stephen Knight en su libro de 1977:
Jack The Ripper: The Final Solution. No voy a desvelar aquí cuál es esa
hipótesis, pues ello equivaldría a revelar lo que le cuenta Alan Moore al
lector. Diremos tan solo que en la trama del Destripador se ve involucrada la
familia real inglesa con la reina Victoria a la cabeza.
No obstante, en el Apéndice II del libro Alan Moore se ríe
un poco de las tantísimas hipótesis y versiones que sin parar se suceden acerca
de quién fue realmente Jack el Destripador.
Es decir, el autor es consciente de los límites que hay
entre las ficciones verdaderas y las verdaderas ficciones. Y así, escribe en la
Introducción:
From Hell es la autopsia de un acontecimiento histórico,
que utiliza la ficción a modo de bisturí. Todos los personajes que aparecen en
la obra existieron realmente. Las motivaciones que les he atribuido y las
palabras que he puesto en sus bocas están basadas en la medida de lo posible en
la más rigurosa investigación histórica. También me he apoyado en mis
intuiciones y conjeturas, las cuales, si no son acertadas, por lo menos sí son
informadas.
De este modo, la pretensión de realidad o de ficción de
From Hell ocupa un lugar secundario. La historia del Destripador es una
mera excusa mediante la cual Alan Moore nos sumerge en las alcantarillas del
Londres victoriano con todo su esplendor y miseria. Y de paso, desde ese
infierno, nos lleva al otro infierno que subyace en nuestras mentes y en las
mentes de los otros ("el infierno es el Otro", escribió Sartre,
aunque está también en nosotros mismos).
Los dibujos de Eddie Campbell dan buena cuenta del propósito
de Moore. El contraste entre una cierta línea clara y las sombras de la
negritud se suceden a lo largo de esta magnífica exposición que viene a ser
Desde el Infierno.
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