El género biográfico se lleva bien con el cómic actual.
Tanto referido a la propia vida del autor (autobiografía) como a la vida de
otros.
Yo no creo que esta sea una característica específica de la
novela gráfica, sino que es una muestra de que la literatura con dibujos es tan
versátil como la literatura sin más.
La vida y la muerte de Pier Paolo Pasolini (1922-1975), lo
mismo que su más que interesante obra poética, narrativa, ensayística,
cinematográfica y de opinión, están incrustadas en el imaginario colectivo de
la cultura contemporánea.
Más en concreto, Pasolini es una ausencia todavía presente
en la vida política y cultural italiana. De alguna manera y obviando las
diferencias, y junto a su proyección internacional, Pier Paolo Pasolini viene a
suponer para Italia lo que Federico García Lorca supone para España. Son
heridas de muerte sin cicatrizar. En ambos casos, mataron a un poeta en
circunstancias nunca aclaradas. No basta con aludir a su condición de
homosexuales en unos tiempos y un país primitivos. Había algo en sus voces que
resultaba insoportable para muchos y que había que silenciar. Sin embargo, esas
voces permanecen entre nosotros.
Son muchas las indagaciones que acerca del misterio de
Pasolini se llevan a cabo incesantemente desde diferentes medios. En el ámbito
del cómic, y en Italia, al menos dos novelas gráficas que sepamos han sido
dedicadas a esto.
Una de ellas, del año 2002, ha sido publicada recientemente
en España. Me refiero a Pasolini, de Davide Toffolo:
La comento en otro post.
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