Salud y tebeos

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Mantened los ojos bien abiertos.
(Winsor McCay)

domingo, 5 de marzo de 2017

Beà y los heterónimos

Hay autores anónimos y autores que usan pseudónimo. Hay también quien recurre en su obra a la creación de heterónimos.

Lo que ocurre con los heterónimos es que atentan, por así decir, contra la ley de identidad, según la cual A es igual a A (A = A). Una ley, por cierto, fundamental en los sistemas lógico y ontológico de la tradición, puesta en solfa a veces en la modernidad, pero que resiste a los embates de la crítica. La ley de identidad sustenta la realidad jurídica y económica y, por ende, la realidad cotidiana. Obviamente, ni el Derecho ni la Economía vigentes van a renunciar de buen grado a sus principios. 

Clásicos ejemplos de heterónimos son Juan de Mairena y Abel Martín, empleados por Antonio Machado, si bien este poeta prefería usar el término 'apócrifos'.

Otros heterónimos ilustres son Alberto Caeiro, Álvaro de Campos, Ricardo Reis y otros nombres de poetas concebidos por Fernando Pessoa. 

Lo esencial de los heterónimos es que no son meras máscaras lingüísticas que ocultan el nombre de su creador. Son auténticos personajes-autores, cada uno con su estilo y peculiares características, por más que procedan de una misma cabeza y mismas manos.



Josep Maria Beà i Font (n. 1942) destaca en el panorama del cómic contemporáneo por muchas razones. Una de ellas es su acierto en la creación de heterónimos.



El libro recién publicado por Trilita: Josep Maria Beà. El hombre de los mil estilos, presenta a Beà como un autor que recurrió a diversos pseudónimos por diferentes razones: Sánchez Zamora, Norton, J. M., Las Percas, Pere Calsina... además de firmar otras veces con su propio nombre imitando el estilo de alguno de esos pseudónimos, etc. Yo prefiero, sin embargo, hablar de heterónimos, más que de pseudónimos, en el caso de Beà. La contemplación y lectura de este tomo de Trilita sustentan mi opinión.

Las historietas de Beà, de sus heterónimos, recogidas en este libro están precedidas por una Introducción que contiene un prólogo de Luis Vigil ("Un amigo recuperado, unos pseudónimos descubiertos") y una entrevista de este con el autor ("Entrevista al hombre de los mil estilos"). La Introducción es magnífica. Me apetece destacar ahora estas palabras que Beà pronuncia en su entrevista con Vigil: 
Cuando el estilo queda inmovilizado se convierte en algo carente de espontaneidad. Mejor dicho, a mi juicio, el estilo perpetuo es una forma de amaneramiento.
No puedo dejar de encontrar cierto aire subversivo en lo que dice Beà: "...el estilo perpetuo es una forma de amaneramiento". Es un poco el mismo tipo de subversión que conlleva el renunciar a la ley de identidad... Y que está sugerida por el uso de los heterónimos.

Lo dejaremos aquí. Cuando hablamos de Beà, aparece inevitablemente la sombra de Giménez. Y si el tema es Giménez, aparece Beà. No es que sea un duelo de titanes el suyo. Es sencillamente una muestra de la pasión de los fuertes en el ámbito de la historieta.

[Continúa aquí]


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