Salud y tebeos

Salud y tebeos
Mantened los ojos bien abiertos.
(Winsor McCay)

viernes, 1 de mayo de 2015

El mensaje, el medio. Judenhass

Por su brillantez, la frase o aforismo de Marshall McLuhan: El medio es el mensaje ilumina y ciega a la vez como un fogonazo. Aparentemente, la frase establece una relación de identidad entre el medio y el mensaje; sin embargo, instaura en realidad una disimetría entre ambos extremos, pues lo que viene a decirnos el filósofo canadiense es que lo que prevalece en esa relación es el medio. Y dado que uno de los medios es el cómic, al cómic se le aplica este aforismo de McLuhan.

(Esto de la identidad o separación entre 'medio' y 'mensaje' es una cuestión tan abierta como esa otra de la separabilidad o no entre forma y contenido, tanto en cómic como en cualquiera de las otras artes. Y es una cuestión que invita, a su vez, a plantear una posible distinción entre un tebeo puro y un tebeo impuro; donde puro sería como tal aquel cómic en el que su mensaje no es otro que la mismidad del medio, e impuro el tebeo que apunta a un fin diferente de ese medio. Aunque en mi opinión, si se mira bien, se verá que esta distinción entre un tebeo puro y otro impuro no está clara al sugerir que, remedando la frase de Orwell, aunque todos los tebeos son tebeos, unos son más tebeo que otros.)

Determinar -como ejercicio analítico- en cada caso concreto, en cada tebeo, la medida en que ese medio engulle el mensaje hasta anularlo, o en qué medida el mensaje, en cambio, consigue imponerse emancipado de su medio, proporciona diferencias de grado. Previa aceptación, cómo no, del hecho de que todo grafismo es un signo que conlleva un mensaje implícito, del mismo modo que no hay significante sin significado.

No es solo la intención del autor de una historieta lo que importa para calibrar su mensaje, cuando ambas cosas (la intención y el mensaje) existen de un modo explícito. La posición del lector también cuenta. No valorarán igual el mensaje de Judenhass, pongamos por caso, un coleccionista de tebeos, un crítico habitual de cómic, un artista plástico y un estudiante de bachillerato (suponiendo que son cuatro sujetos y no son el mismo, claro está, el coleccionista, el crítico, el arista y el estudiante).

En efecto, Judenhass (2008), del también canadiense Dave Sim (n. 1956), ilustra la posible distinción entre medio y mensaje en un cómic.


Al referirme en otro post a La conspiración, el último trabajo publicado por Will Eisner, escribí:
La historia del antisemitismo es larga. Tan larga, al menos, como lo es el transcurso de nuestra era. [aquí]
Dave Sim, por su parte, considera en Judenhass que el término "antisemitismo" es más que impreciso respecto al fenómeno que describe, pues los árabes son semitas también y sin embargo estos, los árabes, quedan fuera normalmente del prejuicio orientado específicamente contra los judíos. "Judenhass", en cambio, que significa literalmente "odio al judío" o "a lo judío", es un término más acorde con el objetivo de esta 'narración gráfica' (así autodescrita) de Sim.

Planteado como una búsqueda de las condiciones que hicieron posible el horror de la Shoah, el Holocausto, Dave Sim presenta en Judenhass un tremendo alegato gráfico en el que las imágenes se complementan con vocablos de lenguas diversas y citas de autores variados que expresan cómo el odio a los judíos es una constante histórica. La Shoah, así, no habría sido sino la culminación de un fenómeno secular cuyas raíces se encuentran seminalmente incrustadas en la tradición de Occidente.

En el aspecto formal, el arte de Judenhass responde al interés de Dave Sim por, en palabras suyas,
...revivir el dibujo fotorrealista de los dibujantes de tiras de los 50 y los 60 (y en especial de Alex Raymond, John Prentice, Stan Drake, Al Williamson y Neal Adams)...
De este modo, Sim dibuja sobre papel, con lápiz y plumilla, imágenes procedentes de fotografías previas prácticamente calcándolas.


Este procedimiento estético de Sim en Judenhass (el mismo que el practicado en su serie Glamourpuss, un comic-book publicado entre 2008 y 2012) suscita dudas entre los críticos [aquí por ejemplo], especialmente en lo que se refiere a la adecuación entre esta técnica empleada y el fin perseguido por el autor. Con lo cual, volvemos a la cuestión inicial de este post, esto es, en qué medida el mensaje (de Judenhass en este caso) puede ser emancipado del medio en el que se inscribe.



Según declara el propio Sim al final de Judenhass, este libro tiene una finalidad didáctica. Creo que lo mejor es copiar el párrafo en que el autor expresa su propósito:
Desafortunadamente, en esta época de periodos de atención cada vez más reducidos, me parece que existe la necesidad de sintetizar los hechos para conseguir que el lector más lento y el profesor más reticente comprendan y puedan darse cuenta del grado de enormidad de la shoah y el nivel profundo de animosidad hacia los judíos que la hizo posible. Espero que Judenhass -con su periodo de lectura de no mucho más de 25 minutos- sirva a ese propósito. Después de cuatro años de educación secundaria, cabe esperar que se puedan encontrar 25 minutos para enseñar la materia a los estudiantes de instituto... y el significado aún vigente... del Holocausto.
Así pues, Judenhass, en su aspecto pragmático, quiere ser un texto en formato de cómic dirigido a los estudiantes y profesores de bachillerato y capaz de ser leído y tratado en el espacio horario de una clase estándar. Su fin último está claro cuál es.

Teniendo en cuenta esta intención declarada de Sim, trasladar a lenguaje de cómic, ordenando el material con sentido, un montón de fotografías y de textos paralelos sobre la cuestión judía en general y el Holocausto en particular no parece, a mí no me parece, impertinente. Sobre todo, si se atiende a una de las citas, tremenda como todas, que aparece hacia el final de Judenhass. Es de William Faulkner:
El pasado nunca muere. Ni siquiera es pasado.
El mensaje en este caso trasciende el medio; pero este, por su parte, se enriquece como medio.

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La historia de los cómics está plagada de autores (varones y mujeres) judíos. Dave Sim dedica una página y algún comentario en Judenhass a este dato, representando a algunos de ellos.


Es este un asunto de sumo interés. Su tratamiento excede este post. Pero queda pendiente.



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