Salud y tebeos

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Mantened los ojos bien abiertos.
(Winsor McCay)

viernes, 9 de mayo de 2014

Todas putas. Los cuentos gráficos


Hace más de diez años, en 2003, se montó un pollo político por la publicación del libro Todas putas, escrito por Hernán Migoya (n. 1971). La polémica se vio acuciada porque Miriam Tey, recién nombrada entonces por el ministerio de turno (bajo el gobierno de Aznar) directora del Instituto de la Mujer, era copropietaria de la editorial que publicó Todas putas.

El libro es un conjunto de relatos en los que, desde su particular perspectiva -calificada entonces como misógina-, Migoya muestra una visión de las mujeres que rompe cualquier imagen amable, reconciliadora y pacífica establecida sobre ellas. Un tema difícil. El caso es que el clima de campaña electoral del momento favoreció que el asunto llegase incluso hasta un debate en el Congreso acerca de la posible prohibición del libro. Todas putas acabó siendo retirado del mercado por decisión de Miriam Tey con el fin de no empañar su cargo institucional. Fue la encendida defensa de escritores como Vargas Llosa, Elvira Lindo y Pere Gimferrer lo que apaciguó  escándalo.

El relato titulado "El violador", que encabeza Todas putas, fue el que más indignó a los adalides de la corrección política. Se interpretó como si fuera una apología de la violación, pues está escrito en primera persona y da voz a un violador de mujeres que defiende sin tapujos su afición. Otro relato del libro, titulado "Porno del bueno", no se queda corto en el tratamiento de la pederastia. La prosa descarnada y directa de Hernán Migoya puede hacer comprensible la confusión entre realidad y literatura y el estupor consiguiente que produjo el libro.


Recientemente ha aparecido el libro Todas putas. Los cuentos gráficos. Se trata de una transposición en cómic del libro original de Migoya en el que quince autoras ofrecen una versión dibujada de sendos relatos de aquel. Son quince mujeres. El prólogo corre a cargo de Miriam Tey. Y el epílogo es obra de otra mujer.

10.05.2014


Las obras colectivas, esto es, las películas y libros compuestos por episodios de diferentes autores, suelen adolecer de una falta de cohesión que merma su eficacia significativa. Son más un muestrario que una pieza completa. Sin embargo, en Todas putas. Los cuentos gráficos, y pese a la pluralidad de significantes que aportan las quince artistas que ilustran el libro, hay una unidad de significado proveniente del hecho de que es uno, Hernán Migoya, el autor de todas las historias que sustentan los relatos. Y es así su voz, en cierto modo, la que cohesiona los quince cuentos y con ello la obra entera.


No obstante, cabe destacar el dominio del lenguaje gráfico y visual que predomina en estas dibujantes y que sobresale en sus historietas. No estamos ante un cómic literaturizado, como fácilmente podría haber ocurrido, sino justo al contrario. Sorprende incluso en algunas historietas, como "La bruja" y "Porno del bueno", la práctica ausencia de texto y la maestría narrativa de sus autoras a la hora de manejar el lenguaje icónico.

En eso estriba el arte secuencial. Narrar con viñetas.



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