Yo creo que a diferencia de lo que ocurría en las fábulas
clásicas, en las que cada animal tenía asignado de serie un significado moral
(el zorro la astucia, la hormiga el trabajo, el cerdo la glotonería y la
ignorancia, etc.), en la figuración moderna, en concreto en la de los cómics,
esa rigidez en la asignación de significados se ha disuelto. Y así, es cada
autor particular quien decide en cada caso qué carácter tiene un animal
antropomorfo y el papel que este desempeña en su historia (o historieta). Los
cerdos son policías para Crumb, polacos para Spiegelman, simpáticos egoístas
para Riley... y luego está el ingenuo tartamudo Porky Pig. Igualmente, nada
tiene que ver el gato Garfield con los gatos nazis de Maus.
El fenómeno Furry
sirve para ilustrar la
absoluta individualización del significado que cada animal tiene en la
actualidad. Son los fruidores, uno a uno, los que se apropian del significante
zoomorfo y le dan su personal significado.
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