Jimmy Corrigan, el chico más listo del mundo
22.08.2013
Sí que parece que estamos viviendo una nueva etapa de florecimiento
de la historieta en España. La primera fue la de los tebeos mondos y lirondos
con formato de cuadernillo grapado,
situada a grandes rasgos entre los años cuarenta y los sesenta del siglo
pasado. La segunda correspondería al boom de los cómics en formato de revista,
ya en los ochenta del mismo. Y la tercera, la que tenemos ahora gracias a la
irrupción de la novela gráfica que se publica en formato de libro.
Lamentablemente, todo ello no ha servido para consolidar una industria en
nuestro país que resista los avatares del tiempo y de la moda. Y eso es lo que
pasa. La moda es precisamente lo que pasa de moda, y cabe el temor de que todo
esto de la novela gráfica termine siendo eso, una moda pasajera entre nosotros
que no llegue a consolidar una industria estable. Ya que el cómic, como el
cine, es a la vez arte e industria.
Por el lado del arte no parece haber problema. Tenemos muy
buenos dibujantes y guionistas que son reconocidos y apoyados fuera de nuestras
fronteras, sobre todo en Francia y en EEUU. Aquí, mientras tanto... Aunque de
momento, mientras dure la moda, tenemos historieta.
Por otra parte, el tebeo es texto incrustado en viñetas. Es
decir, hay que leerlo. Y ahí tenemos otro de nuestros handicaps nacionales. Los índices de lectura en nuestro país no son como para echar
cohetes.
Yo estoy de momento disfrutando la experiencia de los
cómics. Aunque reconozco que a veces los editores nos lo ponen difícil. No ya
por el precio, que también (aunque esto puede solventarse acudiendo a las
bibliotecas públicas, mientras tengan dotación). Me refiero sobre todo a una
circunstancia que no es baladí: el tamaño de la letra de algunas ediciones de
cómics.
Sin ir más lejos, el que estoy leyendo ahora, que ya
comentaré, tiene un cuerpo de letra que para qué. Y aquí me tienen armado con
mi lupa intentando deletrear algunas viñetas. Lo mismo me pasó con Jimmy
Corrigan. Es una obra magnífica. Pero cuesta leerla, no solo por su misma
concepción y diseño, sino especialmente por el tamaño con que ha sido publicada
en español la obra entera.
Yo no sé, por cierto, si esto del tamaño de la letra tiene
algo que ver en la cita de la revista Time que aparece en la
contraportada de la edición castellana de Jimmy Corrigan:
"A cambio de tus esfuerzos, este libro embriagador e
inolvidable cambiará tu forma de mirar el mundo."
El chiste fácil, sin duda, es que puede modificar nuestra
mirada en el sentido de echar a perder nuestra vista al intentar leerlo.
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