Salud y tebeos

Salud y tebeos
Mantened los ojos bien abiertos.
(Winsor McCay)

miércoles, 19 de marzo de 2025

La guerra tan lejos, de nuevo tan cerca


Los mayores enemigos de la paz, los mayores partidarios de la guerra, son los vendedores de armas, sean estos particulares o Estados. Y lo que es peor, según escribía Rafael Sánchez Ferlosio en un artículo de igual título publicado en 1990: "Cuando la flecha está en el arco, tiene que partir". Parece mentira que a estas alturas resuenen los tambores de guerra a escala global, si bien es verdad que la guerra, como tal, no ha desaparecido jamás de nuestro planeta. ¿No han servido para nada la inmensidad de representaciones y denuncias del horror bélico llevadas a cabo en los últimos decenios en tantísimas películas, canciones, historietas, novelas, etcétera? En el ámbito del cómic, ¿es inútil la gráfica de, por citar solo a uno, Jacques Tardi? 


Elena Uriel y Sento (Llobell) nos sorprenden esta vez con Días sin escuela, un tebeo de no ficción y de realización conjunta basado en su común experiencia con motivo de la Guerra de los Balcanes. La novedad de esta representación del horror estriba en la mirada, infantil y madura a un tiempo, con que se describen los hechos. No desvelaré aquí la anécdota que justifica la historieta, pero puedo asegurar que es tan verídica como lo fue mi conocimiento de los hechos que subyacen en este cómic. Solo añadiré que estando Sento y Elena de por medio, el resultado había de ser, pese a todo lo narrado, poco menos que amable. Y esperanzador. 

Ojalá no fueran en vano tantísimas representaciones de la infamia y sevicia de todas las guerras. 


lunes, 3 de marzo de 2025

Poetas de la truncada Edad de Plata


Hace casi tres años, con motivo de la publicación del cómic Las tres heridas de Miguel Hernández, me referí [aquí] a "las tres causas de Carles Esquembre": la del tebeo, la de la historia y la de la poesía. Ahora, con la publicación de Los hermanos Machado. Hoy son siempre todavía, Esquembre revalida su interés por esas tres causas. Y lo hace mediante el cierre de una trilogía dedicada a cuatro poetas pertenecientes a la Edad de Plata que la última guerra civil española truncó: Federico García Lorca [aquí], Miguel Hernández, Manuel y Antonio Machado. En esta trilogía, Carles Esquembre se muestra como autor completo y único, cosa que no ocurría con La brigada Lincoln (2018). 

Ahora, con Los hermanos Machado, Esquembre ensaya un planteamiento escénico que combina el teatro y el cómic, y lo avisa el autor desde el  mismo subtítulo que aparece en la cubierta del libro: Una tragedia en seis actos


Es una tragedia múltiple. La que acompañó a Antonio Machado quizás desde siempre (las tres heridas: la de la vida, la del amor, la de la muerte), agudizada por la pérdida de Leonor; la tragedia del exilio y la muerte del poeta junto a su madre; la tragedia de una odiosa guerra que separó a los dos hermanos, desde el momento en que el golpe de Estado y el inicio consiguiente del conflicto le pilló a Manuel en Burgos y se tuvo que buscar la vida, llegando incluso a loar mediante sonetos a Franco; la tragedia, en fin, no ya solo de Alvargonzález, sino la de un país cuyos hijos parecen disentir en términos bíblicos. 


Son tres causas de mucho peso en los cómics de Carles Esquembre: la de la poesía, la de la historia, la de los tebeos.