Salud y tebeos

Salud y tebeos
Mantened los ojos bien abiertos.
(Winsor McCay)

jueves, 16 de junio de 2022

¿Discurso de la servidumbre voluntaria?

Hay una pregunta que late no solo en el corazón de las tinieblas, sino también en la periferia del colonialismo. Su formulación es muy simple: ¿Cómo es posible que unos pocos dominen a una población sumamente mayoritaria? Es una pregunta, formulada ya a mediados del siglo XVI por Étienne de la Boétie, que no se limita a la situación colonial, aunque es en este contexto donde se manifiesta con mayor crudeza. 


«Éramos más poderosos que ellos. ... Descalzos y sin nuestros brazos ... no hubieran durado ni un minuto aquí.»
Son tantas las capas de composición y de lectura que Pere Ortín ―con su guion― y Nzé Esono Ebalé ―con su arte― despliegan en Diez mil elefantes, que resulta difícil recogerlas en una breve entrada de blog. Probablemente la menos amable, por no decir antipática, es la que se centra en el discurso de la servidumbre voluntaria, pero es que a mí me ha parecido que es lo que sobresale ante la belleza que encierra este "artefacto cultural y narrativo", que es como describe este tebeo Pere Ortín en su epílogo. Un tebeo, sí, que le da la vuelta a los tebeos de la época colonial, franquista en este caso. 

La inversión se manifiesta en primer plano por la voz del narrador, que es la del sometido ¿voluntariamente? 
«Pero creo que no debimos dejar que nos dijeran lo que teníamos que hacer. Si lo pienso bien hoy, diría que fuimos cobardes.»
Es la voz que examina y escruta. Y que pone en evidencia. Lo que pasa es que acaba disolviendo la historia en el mito: el de los diez mil elefantes. Es un mito que sirve para impulsar el relato interior del tebeo ―y que enlaza al amo con el esclavo―, pero también el relato que construye el lector en su imaginario. En otro lugar [aquí] me referí al colonialismo belga en el Congo, al papel del mito en el imaginario ilustrado y a su tratamiento en algunos tebeos (Hergé, Tirabosco y Perrisin, Schrawen). 

Quizás el colonialismo español (en África) haya encontrado su tebeo gracias a Ortín y Esono (Un día vi 10.000 elefantes es también un documental de 2016 guionizado por Pere Ortín). Enlaza, desde luego, con nuestro imaginario: las colonias españolas aprendidas en la infancia (Río Muni y Fernando Poo, hoy Guinea Ecuatorial), los cromos de Vida y Color, los anuncios de ColaCao. Es, pese a su belleza formal (como la del lugar que describe) un tebeo doliente. Sin duda, porque es "una historia basada en hechos reales". Tan real y doliente como puede ser el discurso de la servidumbre voluntaria. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario