Salud y tebeos

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Mantened los ojos bien abiertos.
(Winsor McCay)

viernes, 23 de agosto de 2019

The Sandman una noche de verano

Ilustración de Mike Dringenberg

El verano es una estación tan buena como cualquier otra para sumergirse en The Sandman (1988-1996), la exitosa saga relatada por Neil Gaiman y figurada por numerosos artistas. Quizás la estética de esta obra puede hacerla más proclive a ser leída en invierno, durante sus cortos días y sus largas noches; pero la calma chicha estival, junto a la sensación de tiempo detenido que acompaña al verano, encajan muy bien con esa especie de dialéctica entre el reloj y la eternidad que está instalada en el núcleo de las narraciones de Gaiman.

[El personaje The Sandman (El hombre de arena) corresponde a una leyenda anglosajona de raíz celta. Su popularidad es tal, que ha sido y es objeto de múltiples versiones en literatura, música, cine o cómic (si bien en el medio de la historieta esta leyenda no tiene nada que ver con el personaje de Marvel creado por Stan Lee y Steve Ditko en 1962). Así, en el siglo XIX, en pleno romanticismo alemán, E. T. A. Hoffmann incluyó en su libro Cuentos nocturnos (1817) un relato titulado Der Sandmann. Por su parte, un álbum de Edicions de Ponent publicado en 2010, con el título El hombre de arena, recoge una hermosa adaptación en tebeo del cuento de Hoffmann, realizada por Mai Prol a cargo del guion y Federico del Barrio como responsable de la ilustración y el diseño. La intensidad, por así decir, de este cómic de setenta páginas contrasta con la extensión de The Sandman, la obra de Gaiman formada por más de noventa historietas cuya suma supera las dos mil páginas (más un abundantísimo merchandising). Pero mientras el álbum de Prol y Del Barrio re-crea el relato de Hoffmann, la saga de Neil Gaiman es una invención del escritor, repleta de referencias históricas y culturales, también inspirada al fin en la leyenda del folclore europeo. Presentado bajo una estética dominante de goticismo postpunk, el personaje fue creado por Gaiman junto a los dibujantes Mike Dringenberg y Sam Kieth. Lo que en principio era una serie de cómic trascendió el medio historietístico y se convirtió poco menos que en un fenómeno social, con derivaciones en el gesto, peluquería, vestuario y actitudes de miles de seguidores. La mitad eran mujeres, según se dice.

El grueso de la serie The Sandman lo configuran setenta y cinco comic books numerados (publicados por vez primera por Vertigo Comics a partir de 1988 con periodicidad mensual). En función de los arcos temáticos que los componen, fueron siendo agrupados con alguna historieta más en diferentes tomos a manera de novelas gráficas: Preludios y nocturnosLa casa de muñecasPaís de sueñosEstación de nieblasFábulas y reflejosJuego a ser túVidas brevesEl fin de los mundosLas BenévolasEl velatorio. Neil Gaiman retomó en 2003 la serie mediante Noches eternas, compuesta por siete capítulos dedicados respectivamente a cada uno de los Eternos. Finalmente, entre 2013 y 2016 Gaiman sacó a la luz, con el arte de J. H. Williams III, The Sandman Overture. Un par de títulos dedicados a Muerte: El alto coste de la vida (1993) y Lo mejor de tu vida (1996), con tres capítulos cada uno, más alguna otra historieta añadida, completan la obra The Sandman correspondiente a Neil Gaiman. No es un exceso, dado el número de agentes y el tiempo implicados en la producción. La nómina de los dibujantes, por cierto, que intervienen en The Sandman impresiona: Sam Kieth, Mike Dringenberg, Malcolm Jones III, Chris Bachalo, Michael Zulli, Kelley Jones, Charles Vess, Colleen Doran, P. Craig Russell, George Pratt, Dick Giordano, Stan Woch, Bryan Talbot, Shawn McManus, Duncan Eagleson, John Watkiss, Kent Williams, Jill Thompson, Alec Stevens, Michael Allred, Shea Anton Pensa, Gary Amaro, Kevin Nowlan, Mark Hempel, Glyn Dillon, Dean Ormston, D'Israeli, Teddy Kristiansen, Jon J. Muth, Mark Buckingham, Jeff Jones, Dave McKean, Yoshitaka Amano, Milo Manara, Miguelanxo Prado, Barron Storey, Bill Sienkiewick, Glenn Fabry, Frank Quitely, J. H. Williams III. Las referencias visuales en la serie, entonces, son múltiples; los sentidos entreverados también. Si hay exceso en el conjunto, en mi opinión proviene de la consideración de los personajes de las tramas, comenzando por los Eternos, seguido de la galería de secundarios que las habitan y en ellas actúan (qué decir de la presencia de William Shakespeare y su entorno en algunos de los episodios).]


Muerte. Ilustración de Moebius

Un simple comentario en una noche de verano acerca de The Sandman supone referir tan solo algún aspecto de la obra. Por ejemplo, la representación de ciertos arquetipos eternos (Destino, Sueño, Destrucción, Deseo, Delirio, Desesperación, Muerte); el establecimiento de una relación de hermandad entre ellos (constituyen, de hecho, la familia de Los Eternos); su conversión en personajes principales de la trama, con especial atención a Morfeo (Sueño, hijo de Tiempo y de Noche), pero sin olvidar los otros. En tanto que arquetipos, estos siete personajes son tan eternos como las Formas platónicas; como ellas, trascienden sus respectivas manifestaciones, sujetas estas últimas al devenir y a la mutación, a diferencia de los arquetipos que permanecen. Más allá de las sucesivas representaciones de los Eternos, más allá de su variada denotación, se encuentran sus connotaciones igualmente inextinguibles. La mera designación de los nombres de los Eternos configura una poética tan sugerente como inspiradora. Neil Gaiman le saca partido a esta poética, en colaboración con los artistas que dan forma a sus historietas y establecen a su vez una galería de representaciones.

Dibujo: Frank Quitely
 Dibujo: Frank Quitely
Destino es el hermano mayor de los Eternos. Está ciego, como le corresponde a su ser. Acarrea un pesado libro al que está encadenado y que lee con asiduidad (su ceguera le permite acceder a los contenidos invisibles que atraviesan las letras). Absolutamente borgesiano, pasea leyendo su libro por un jardín de senderos que se bifurcan y forman un laberinto que de nuevo se unifica. La sombra de Destino le imprime a la narración de Gaiman un aire spinozista en ocasiones, sobre todo cuando se sugiere que lo que perece o muere no es sino una manifestación de una única sustancia eterna. Así, por ejemplo, Morfeo sucumbe necesariamente, pero la nueva presencia de Sueño lo sustituye en sus dominios.

Imagínense lo que puede dar de sí un comentario acerca del resto de los Eternos: Muerte, Deseo, Delirio, Desesperación, Destrucción...  Pensé titular esta entrada Poética y galería de los Eternos. Pero Morfeo me vence y su madre, la noche, me invita a que me abandone en su lecho. Me conformo con haber sugerido un poco esa extraña tensión entre el tiempo y la eternidad vertebrada por la fantasía de The Sandman

Destino dibujado por Mark Hempel


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