En El cómic sobre la Guerra Civil (Cátedra, 2018), Michel Matly desarrolla en su capítulo final, titulado "En busca de la República", una curiosísima observación, basada en un hecho significativo. Los colores de la bandera republicana española están prácticamente ausentes en la representación gráfica referida al conflicto bélico del 36-39 por parte del bando leal, a diferencia de lo que ocurre con la bandera rojigualda, omnipresente en las representaciones por parte de los rebeldes. Muy lejos de tener un carácter nacional, en los carteles de guerra republicanos la bandera tricolor aparece asociada a Izquierda Republicana, el partido de Manuel Azaña, frente al predominio de la roja o roja y negra de las otras fuerzas del mismo bando. Algo parecido ocurre también en el ámbito de los cómics. En palabras de Matly: «El simbolismo republicano está totalmente ausente de las obras previas a la muerte de Franco y es muy escaso después en las 350 obras y 8.000 páginas dedicadas a la guerra. Esto es así en las historietas españolas, pero también en las de otros países, tanto en las obras de memoria republicana como en las franquistas, que siembran sus dibujos con su propia bandera pero omiten la del adversario» (p. 370). Matly concluye este párrafo con una elocuente pregunta: «¿Dónde está, pues, la República?»
El propio Matly utiliza en su trabajo el término 'transparencia' para aludir a supuestos invisibles que enmarcan una época y la posición de los autores respecto a ella, los cuales consciente o inconscientemente omiten. Una de estas transparencias es precisamente la segunda República española. Sin embargo, este fenómeno de la invisibilidad gráfica de los símbolos republicanos trasciende su condición de mera transparencia, le da una carga mayor al significado de esa ausencia y, dramáticamente, expulsa a la República española del orden de lo real y la incrusta en el imaginario, más o menos cerca de las utopías. Es una constatación. En la Guerra Civil, el "bando nacional" quedó identificado, por activa y por pasiva, con el de los insurrectos. Fue una identificación desastrosa, cuyas consecuencias perviven.
Mañana es un nuevo 14 de abril. Vendrán otros mañanas. Ya Lope de Vega escribió en endecasílabos: ¡Tanto mañana, y nunca ser mañana! ... Siempre mañana, y nunca mañanamos. Repetimos, pues, la pregunta que Michel Matly formula en su libro dedicado al cómic sobre la guerra civil española: ¿Dónde está la República? Sin adjetivos, remarco yo.
El propio Matly utiliza en su trabajo el término 'transparencia' para aludir a supuestos invisibles que enmarcan una época y la posición de los autores respecto a ella, los cuales consciente o inconscientemente omiten. Una de estas transparencias es precisamente la segunda República española. Sin embargo, este fenómeno de la invisibilidad gráfica de los símbolos republicanos trasciende su condición de mera transparencia, le da una carga mayor al significado de esa ausencia y, dramáticamente, expulsa a la República española del orden de lo real y la incrusta en el imaginario, más o menos cerca de las utopías. Es una constatación. En la Guerra Civil, el "bando nacional" quedó identificado, por activa y por pasiva, con el de los insurrectos. Fue una identificación desastrosa, cuyas consecuencias perviven.
Mañana es un nuevo 14 de abril. Vendrán otros mañanas. Ya Lope de Vega escribió en endecasílabos: ¡Tanto mañana, y nunca ser mañana! ... Siempre mañana, y nunca mañanamos. Repetimos, pues, la pregunta que Michel Matly formula en su libro dedicado al cómic sobre la guerra civil española: ¿Dónde está la República? Sin adjetivos, remarco yo.
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