De Catherine Meurisse leímos el año pasado La Comedia Literaria. El título original de este cómic, Mes hommes de lettres (2008), da cuenta del planteamiento de la autora en su álbum: un repaso muy personal a la historia de la literatura francesa mediante una selección no del todo caprichosa de algunos de sus protagonistas (De Roldán a Boris Vian, reza el bajotítulo de este curioso tebeo, si bien no viene a ser exactamente así). El tono de la obra es coherente con la grafía y con el trazo elegidos por Meurisse, en consonancia a fin de cuentas con el humor gráfico y satírico propio de Charlie Hebdo, revista en la que ella trabajó como redactora entre 2005 y 2016. Hay en La comedia literaria humor y desenfado, pero hay también rigor histórico y documentación.
Quiso el azar, quisieron las circunstancias, que la mañana del 7 de enero de 2015 Catherine Meurisse perdiese el autobús que la había de llevar puntualmente a una reunión de redacción en los locales de Charlie Hebdo. Este hecho la salvó físicamente del atentado terrorista llevado a cabo ese día en la sede de la revista. La circunstancia salvó a Catherine Meurisse físicamente, pero no moralmente. Las secuelas -psíquicas, anímicas- de ese atentado en la vida de la autora se hallan en La levedad (La Légèreté, 2016), un trabajo de Meurisse en BD presentado a manera de novela gráfica.
Otras consecuencias gráficas surgidas tras el atentado contra Charlie Hebdo, anteriores a La levedad, fueron Catharsis (2015), de Luz (Rénald Luzier), colega de Meurisse que quedó también a las puertas de la redacción el día del atentado y Si Dieu existe (2015), de Joann Sfar. Son obras, como La Légèreté, que tratan de sobreponerse a la tragedia mediante el lenguaje que dominan sus autores, el del cómic, a través de su importancia catártica.
En un post anterior [este], dedicado a Joann Sfar con motivo de la publicación de Si Dios existe, escribí:
Se expone así la importancia catártica del lenguaje del cómic para afrontar unos hechos vividos que son a la vez insoportables, terribles. Lo cual, bien mirado, no deja de ser una concreción específica de otra afirmación más extensa, referida a la importancia catártica, terapéutica, del arte sin más.
Catharsis, Si Dieu existe y La Légèreté son obras configuradas -y atravesadas- por la autoexpresión. Tanto Luz como Sfar y Meurisse, en sus respectivos tebeos desde el atentado, se manifiestan a sí mismos y al lector, pero el asunto no se reduce a eso. Aportan también cada uno de ellos su visión personal de la tragedia, una visión que, pese a ser subjetiva o propia, conecta en todo caso con lo mejor de la tradición cultural europea. (Intersubjetividad).
Otras consecuencias gráficas surgidas tras el atentado contra Charlie Hebdo, anteriores a La levedad, fueron Catharsis (2015), de Luz (Rénald Luzier), colega de Meurisse que quedó también a las puertas de la redacción el día del atentado y Si Dieu existe (2015), de Joann Sfar. Son obras, como La Légèreté, que tratan de sobreponerse a la tragedia mediante el lenguaje que dominan sus autores, el del cómic, a través de su importancia catártica.
En un post anterior [este], dedicado a Joann Sfar con motivo de la publicación de Si Dios existe, escribí:
Si Dieu existe nació a raíz de los atentados del 7 de enero de 2015 en París contra la redacción de la revista Charlie Hebdo. Los terroristas en nombre de Alá atacaron entonces el corazón de un imperio, el de los dibujantes satíricos -franceses en este caso: Wolinsky, Cabu, Charb, Tignous, Honoré- que entroncan con la tradición comicográfica iniciada en Europa en tiempos de la Révolution o antes (William Hogarth). De la redacción de la revista fueron doce las víctimas mortales, entre ellas los cinco dibujantes citados. La conmoción dentro y fuera del ambiente profesional fue brutal.
Catharsis, Si Dieu existe y La Légèreté son obras configuradas -y atravesadas- por la autoexpresión. Tanto Luz como Sfar y Meurisse, en sus respectivos tebeos desde el atentado, se manifiestan a sí mismos y al lector, pero el asunto no se reduce a eso. Aportan también cada uno de ellos su visión personal de la tragedia, una visión que, pese a ser subjetiva o propia, conecta en todo caso con lo mejor de la tradición cultural europea. (Intersubjetividad).
La Levedad es la historia de una búsqueda... dirigida hacia una superación. El sujeto de la misma, Catherine Meurisse (n. 1980), se autoexpresa en su obra. Y lo hace de un modo tal que reconocemos ahí a la autora de La comedia literaria. Ella manifiesta en el cómic a su vez el resultado de su búsqueda. El secreto de la superación de su shock postraumático.
Catherine Meurisse recurre en su camino terapéutico a aquello que mejor conoce. La literatura. El arte. Pero también el desenfado. Y hasta el humor.
Una conocida cita de Nietzsche: "Tenemos el arte para no morir de la verdad" aparece en el frontispicio de La Levedad. La frase procede del escrito póstumo del filósofo alemán titulado La Voluntad de poder. El arte se compone de mentiras, apariencias, ficciones. Pero estas son verdaderas en cuanto nos permiten transigir con la realidad. (La verdad para Nietzsche no deja de ser a fin de cuentas otra ficción, dada la naturaleza metafórica del lenguaje.) No se compone el arte, por tanto, de verdaderas mentiras. El arte acrecienta la vida, que para el filósofo bigotudo se identifica con la voluntad de poder. No nos adormece.
Parapetada en el arte, Meurisse busca en su libro encontrar no La Belleza en sí, sino una belleza que le permita restablecer su pulsión de vida, dejar atrás el estado de disociación y encarar la realidad con ligereza, con levedad (a la manera de los espíritus ligeros nietzscheanos, diría yo).
Pero La Levedad es también un homenaje. Un homenaje en concreto no solo a los fallecidos y heridos en el atentado. Catherine Meurisse homenajea en La Levedad la actitud, el gesto, el espíritu, la filosofía de Charlie Hebdo.
Catherine Meurisse recurre en su camino terapéutico a aquello que mejor conoce. La literatura. El arte. Pero también el desenfado. Y hasta el humor.
Una conocida cita de Nietzsche: "Tenemos el arte para no morir de la verdad" aparece en el frontispicio de La Levedad. La frase procede del escrito póstumo del filósofo alemán titulado La Voluntad de poder. El arte se compone de mentiras, apariencias, ficciones. Pero estas son verdaderas en cuanto nos permiten transigir con la realidad. (La verdad para Nietzsche no deja de ser a fin de cuentas otra ficción, dada la naturaleza metafórica del lenguaje.) No se compone el arte, por tanto, de verdaderas mentiras. El arte acrecienta la vida, que para el filósofo bigotudo se identifica con la voluntad de poder. No nos adormece.
Parapetada en el arte, Meurisse busca en su libro encontrar no La Belleza en sí, sino una belleza que le permita restablecer su pulsión de vida, dejar atrás el estado de disociación y encarar la realidad con ligereza, con levedad (a la manera de los espíritus ligeros nietzscheanos, diría yo).
Pero La Levedad es también un homenaje. Un homenaje en concreto no solo a los fallecidos y heridos en el atentado. Catherine Meurisse homenajea en La Levedad la actitud, el gesto, el espíritu, la filosofía de Charlie Hebdo.
Esa búsqueda (de la belleza) y ese homenaje (a Charlie) confluyen en muchas de las páginas de La Levedad. No tiene desperdicio, por ejemplo, la ironía de Meurisse cuando se dibuja a sí misma en Cabourg y degustando una "merienda Proust" con magdalena incluída reconoce que no siente nada. O cuando se instala en Italia a la búsqueda del síndrome de Stendhal sin que este acontezca.
La solución va por otro camino. La belleza no es trascendente a la manera de Platón, sino más bien inmanente, acaso en mayor consonancia con Nietzsche y su sentido de la tierra bien que humano. La belleza se da a través de la interpretación de cadenas de signos. Como diría Picasso, no se busca, sino que se encuentra. Porque está en uno mismo. Nos aporta levedad.
Catherine Meurisse homenajea especialmente a Mustafá Ourrad, corrector en Charlie, y reproduce los versos que este le dictó unos días antes de fallecer en el atentado a la revista. Se trata de una estrofa del poema de Charles Baudelaire titulado "Élévation", incluido en Les Fleurs du Mal.
Envole-toi bien loin de ces miasmes morbides;
Va te purifier dans l'air supérieur,
Et bois, comme une pure et divine liqueur,
Le feu clair qui remplit les espaces limpides.
Creo que estos versos expresan de un modo sublime cuál es el objeto de La Levedad.
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