Salud y tebeos

Salud y tebeos
Mantened los ojos bien abiertos.
(Winsor McCay)

sábado, 14 de mayo de 2016

Como viaja el agua. Nihilismo, madurez y acción

Sorprendente. Dos tebeos recién horneados, escritos y dibujados por sendos autores de aquí, coinciden en un aspecto destacable. Los dos, enmarcados en el género thriller, tienen como protagonistas últimos personajes ancianos. aunque muy activos. Es un dato importante. Ninguno de los dos, también, se limita a contar un relato de género. Uno de estos tebeos es Presas fáciles, de Miguelanxo Prado, al que me referí en la entrada anterior [aquí]. El otro es Como viaja el agua (2016), de Juan Díaz Canales. Una coincidencia añadida es que ambos autores han obtenido -en 2013 y 2014, respectivamente- el Premio Nacional del Cómic; Prado por Ardalén y Díaz Canales por Amarillo, de la serie  Blacksad, guionizada por él y dibujada por Juanjo Guarnido. Como viaja el agua es el primer relato gráfico escrito y dibujado íntegramente por Díaz Canales, con lo que este madrileño se manifiesta como un autor completo de cómic. 



Como viaja el agua es un tebeo de madurez. Una madurez que se revela en un doble sentido: madurez del autor y madurez del medio. No es del todo desdeñable aludir a un tercer tipo de madurez, la de los personajes implicados en la trama, en un medio (el cómic) en el que abunda, a grandes rasgos, la juventud de los protagonistas, si bien esta última es una opinión discutible, En cualquier caso, Díaz Canales elabora un discurso en Como viaja el agua que evidencia madurez hasta en la médula.



Nihilismo y acción es el título de un librito primerizo de Fernando Savater. Es también la frase que me ha sugerido la lectura de Como viaja el agua. Otras reflexiones que suscita la novela de Canales tienen que ver con el río de Heráclito, poetizado por Borges; con los ríos de Manrique; con la verdad oculta, innombrable, velada, que acaso enloqueció a Nietzsche; con la metáfora de la lucidez secreta, como secretos son los móviles de las acciones de todos.

En realidad, no se trata de reflexiones de un lector en particular. Son ideas sustanciadas por Diaz Canales a través de una historia entretenida que combina costumbrismo y suspense hasta el fin, expuesta con un trazo quebrado que oscila sobriamente entre el blanco y el negro y con un desenlace revelador. Habrá metafísica en Como viaja el agua, pero hay sobre todo tebeo.

Y hay madurez, en definitiva, que muestra no solo la capacidad que el autor manifiesta en los planos del contenido y de la expresión, sino también el desarrollo que ha alcanzado el cómic como un medio capaz de albergar cualquier género y sacarlo de sí aportándole nuevos discursos.



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