Alison Bechdel se muestra de nuevo en esta obra como lo que es, una joven nacida en 1960 y formada en el último tercio del siglo veinte. No importa que se muestre en el título gastada, agotada o consumida. Su acción performativa, vinculada a su trabajo como dibujante consciente, se ve vilipendiada cuando la industria del entretenimiento malmete sus guiones. Hasta ahí podíamos llegar. No obstante, en la experiencia actual de Bechdel resuena esa cantilena común a los sixty: ¿es un entimema reaccionario o es que ya me hecho mayor? Hay una nueva generación en marcha, sin duda, pero lo deseable es que recojan tanto lo bueno como lo sembrado. El discurso de Bechdel va por ahí.
Es una lectura recomendada. No les anticipo nada más.
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