Bueno, en realidad es uno de tantos relatos de la ignominia. En este caso la infamia es de claro ascendente político, pues se centra en la figura de Manuel Azaña en sus últimos días y es causada por los rebeldes que vencieron a la II República española. Con guion de Juanarete (Juan Pérez) y dibujo de Manuel Granell, Plomo y gualda. Entierro mexicano de Azaña en Francia narra unos hechos históricos y ha sido para mí una sorpresa estival.
Este cómic me confirma el valor de los libros frente a las producciones elaboradas con tecnología audiovisual. Como suele decirse, uno puede llegar a una isla abandonada con una maleta repleta de libros (de historieta entre ellos), leerlos y contemplarlos a la sola luz del sol o del fuego, sin necesidad de dispositivos. Los libros facilitan el ejercicio de la memoria.
Qué decir, en fin, de la crueldad manifestada por los que no tenían suficiente con ganar una guerra provocada por ellos, sino que además querían exterminar, eliminar del mapa y del mundo, a los que no eran afines a su movimiento. Prefiero que obras como esta de Juanarete y Manuel Granell, tan claras como la luz solar, iluminen la ignominia de los que se cebaron impíamente con don Manuel Azaña. Aunque las víctimas de esta infame actitud fueron también muchísimas personas más.
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