Salud y tebeos

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Mantened los ojos bien abiertos.
(Winsor McCay)

domingo, 12 de marzo de 2023

Postmemoria de la crueldad

Decía Richard Rorty algo así como que el objetivo práctico no ha de ser tanto aumentar la felicidad, difícilmente mensurable, sino más bien disminuir la crueldad, esta última mucho más objetivable. Que la historia en general haya sido un hervidero de crueldades es algo que no tiene solución; pero de las brutalidades de nuestra historia reciente, digamos del último siglo, de las que abundan los registros de todo tipo, sí podemos hacernos cargo, especialmente cuando se da el caso de que hay regueros por los que circula una memoria latente de hechos traumáticos, unos hechos transmitidos a generaciones posteriores a las de los que los vivieron y padecieron. La recuperación ―en sentido positivo, reparador― de estos sucesos es lo que Marianne Hirsch denomina 'posmemoria', un concepto complejo que adopto aquí, entendido como 'memoria de recuerdos ajenos'. La aplicación de la postmemoria es especialmente fructífera en las artes representativas, entre las cuales se encuentra la realización de historietas. 

Respecto a la II GM y nuestra última guerra civil, y sus respectivas secuelas, utilicé en otras entradas la expresión "La guerra de nuestros padres", que cuenta con notables versiones en cómic. Autores como Spiegelman (Maus), Tardi (Yo, René Tardi...), Gallardo (Un largo silencio), Altarriba-Kim (El arte de volar), Boldú (La vida es un tango...) o Sento (Dr. Uriel) han realizado magníficos tebeos en los que la gráfica del hijo representa y transmite la voz de su padre. Pero la postmemoria se extiende también a terceras y cuartas generaciones (de historietistas, en lo que nos ocupa ahora), y no se limita a las vivencias de las guerras en sentido estricto, aunque sea su entorno lo que prevalece. La noción de 'crueldad' es más abarcadora y más cercana, y es por esto por lo que me refiero a una 'postmemoria de la crueldad'. 


Instalada como está en el entorno social, la crueldad es deudora de las relaciones de poder, opera más de arriba abajo que al contrario. Una prueba evidente de este aserto es el violencia ejercida por parte de los vencedores sobre los vencidos en nuestra última guerra, así como en sus prolegómenos, la revolución de Asturias. En este sentido, cabe destacar la culminación por parte de Alfonso Zapico de la gran novela gráfica titulada La balada del norte. El cuarto y último volumen la cierra con brillantez. Zapico, nacido en 1981, es asturiano (natural de Blimea). Los sucesos de 1934 formarán parte, a buen seguro, de su memoria sentimental. Su arte narrativo y gráfico configura una historia que revive lo que fue la última revolución obrera de Europa, magníficamente novelada. Leyendo este tebeo se percibe claramente la brutalidad que los africanistas impusieron a sangre y fuego sobre la población también en la guerra del 36 y después, durante su periodo "triunfal". 


En María la Jabalina, la línea dura y tierna a la vez de Cristina Durán, junto al guion y el color de Miguel A. Giner Bou, reconstruye la biografía de un personaje real justamente recuperado: María del Milagro Pérez Lacruz, apodada "La Jabalina". La desgracia se cebó en esta joven miliciana del Puerto de Sagunto, cruelmente fusilada a los 25 años de edad por nada más que por la sevicia que los vencedores mostraron ante los vencidos tras la guerra civil. Durán (n. 1970) y Giner (n. 1969), valencianos (de Benetússer) los dos, rememoran al servicio de la posmemoria una vida segada por la crueldad. 


La voluntad de exterminio que caracterizó a los que primero provocaron una guerra y después la ganaron queda clara en la biografía que otro valenciano, René Parra (n. 1989), reconstruye minuciosamente. Se trata de Bluff. La muerte de un dibujante, libro en el que se cuenta la desdichada historia de Carlos Gómez Carrera, humorista gráfico madrileño que firmaba con el pseudónimo Bluff y trabajó para distintas revistas ilustradas hasta desembocar en la cabecera valenciana La Traca, ya comenzado el conflicto bélico. El rencor suscitado por sus caricaturas en esta última revista contra Franco y los sublevados rebeldes, así como una serie de desafortunadas viñetas de su periodo final en la cárcel, se conjugaron para promulgar la fatídica sentencia que lo condenó a muerte. Tanto María la Jabalina como Bluff y Carceller, el director de La Traca, al igual que otros muchos ―demasiados: 2.238 que se suman a las decenas de miles en otros territorios―, fueron fusilados en el mismo paredón de Paterna. 


La crueldad, como digo arriba, está incrustada en la historia. No es preciso detenerse en períodos bélicos para encontrarla. Cómo era la vida en los pueblos de España inundados por la consigna oficial  de aquellos "25 años de paz" es lo que nos cuenta César Sebastián (n. 1988) en Ronson. Aquí la memoria del narrador es aplicada gráficamente en el magnífico ejercicio de posmemoria de Sebastián. La crueldad de unos tiempos proyectada (de arriba abajo) en los niños y a través de estos en otras criaturas se combina con la poesía que el recuerdo despierta y con la belleza del discurso y el dibujo que el autor despliega en Ronson. La extraordinaria recepción que esta obra está teniendo es una muestra de su validez. 


La crueldad no se circunscribe a la realidad española, por supuesto, pero que se dé en todas partes no es óbice para que se hable de su presencia en nuestra historia. Disminuir la crueldad en todos los ámbitos es un buen objetivo práctico. La posmemoria puede ayudar a conseguirlo. 


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